MIAMI – Ambas campañas prometieron una lucha cuerpo a cuerpo y sin perder tiempo, los precandidatos a la nominación presidencial republicana, Newt Gingrich y Mitt Romney, se lanzaron dardos en su búsqueda del voto latino o más bien cubanoamericano de cara a las primarias republicanas del 31 de enero en Florida.
Curiosamente, uno de los temas que los enfrenta es la inmigración, precisamente el que los republicanos han evadido por los pasados años cuando de buscar soluciones se trata, y que han explotado cuando el objetivo ha sido sacar ventaja política atizando a su base más conservadora.
En Florida, los aspirantes a abanderado republicano en la contienda presidencial pretenden demostrar que son pro inmigrantes y pro hispanos cuando en pasados años guardaron silencio cuando las voces más extremistas definieron el mensaje y la imagen del Partido Republicano entre la comunidad hispana, o se sumaron al coro de voces extremistas apoyando medidas antiinmigrantes para avanzar sus objetivos políticos.
Ambos precandidatos participaron, por separado, de un foro auspiciado por Univision.com, la Cámara Estadounidense de Comercio (USHCC), y el Miami Dade College con entrevistas conducidas por el periodista y presentador del Noticiero Univisión, Jorge Ramos.
Gingrich le tiró con todo a Romney a quien tildó de antiinmigrante en un comercial radial que retiró del aire tras ser criticado por líderes hispanos republicanos, y se burló de la sugerencia de Romney de la autodeportación como forma de abordar el tema de los 11 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos catalogándola de una “fantasía”. Reiteró además su apoyo únicamente al componente militar del DREAM Act, así como a su propuesta de buscar algún tipo de alivio migratorio para quienes lleven más de dos décadas de vivir en Estados Unidos que tal y como apuntó Ramos, deja fuera a la mayoría de los indocumentados.
En su turno, Romney se declaró pro inmigrante, “me gustan los inmigrantes”.
Aunque ha prometido que si es presidente vetaría el DREAM Act si la medida llegara a su escritorio, aseguró que no está tratando de “castigar” a los jóvenes indocumentados que no llegaron a este país sin documentos por decisión propia pues de todos modos pueden estudiar en universidades costeables -que algunos de todos modos no pueden pagar- y aunque lo hicieran, obtienen títulos universitarios que no pueden emplear por carecer de documentos.
Romney también insistió en que no propone ir por el país rodeando inmigrantes y sacándolos en autobuses, pero que con un plan E-Verify bien implementando y severas sanciones a los empleadores, su plan de autodeportaciones funcionará.
Finalmente criticó a Gingrich por los ataques que ha lanzado en su contra especialmente en el rubro migratorio.
“Es muy tentador presentarse ante una audiencia como ésta y decirles lo que quieren oír”, afirmó Romney.
Momentos más tarde, el ex gobernador de Massachusetts, quien perdió la primaria de Florida en 2008 ante el senador John McCain, fue a la emblemática Torre de la Libertad a hablar ante una audiencia cubanoamericana para decirles lo que quieren escuchar: prometerles mano dura contra los hermanos Raúl y Fidel Castro en Cuba, prometer que revocará la ley Helms-Burton, y que no le temblará la mano para enfrentar a figuras como Hugo Chávez en Venezuela.
Romney estuvo flanqueado por importantes líderes y funcionarios electos de la comunidad cubanoamericana: el ex senador Mel Martínez, el ex Secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez, la congresista Ileana Ros-Lehtinen, y el ex congresista Lincoln Díaz-Balart, todos promotores de la reforma migratoria integral y del DREAM Act que Mitt Romney rechaza, pero quienes argumentan que el tema central es la economía y que Romney es el hombre para sacar al país del atolladero y con posibilidades reales de vencer a Barack Obama en la general.
Se calcula que los latinos representan 11% del voto republicano en Florida, con la mayoría concentrada en el Sur del estado, 59% sólo en el condado de Miami-Dade, con el voto mayormente cubano y cubanoamericano cortejado por Gingrich y Romney. En general, los latinos representan 13% del voto hispano del estado y ese voto general está más diluido por la influencia del voto puertorriqueño en la zona central del corredor I-4 el considerado en esta región uno de los más oscilantes y vitales en una elección general. De hecho, sólo el 32% de los votantes hispanos registrados en Florida son cubanoamericanos.
Pero de momento la atención se centra en el voto republicano hispano de la primaria y en esa lucha uno de los desarrollos más significativos de esta semana fue la carta enviada por un grupo de líderes republicanos hispanos a Gingrich pidiéndole que sacara del aire el comercial en que llama antiinmigrante a Romney porque no es “veraz” y es “ofensivo”. El senador republicano de Florida, Marco Rubio, quien se ha mantenido neutral en la interna republicana y a quien se nombra insistentemente como un potencial compañero de fórmula del nominado republicano, también criticó el comercial.
Quizá la parte realmente más risible de la carta es cuando estos líderes afirman que llamar antiinmigrante a Romney “lastima el progreso que los republicanos han tenido con los hispanos”.
A qué progreso se refieren porque un nuevo sondeo de Univision.com, Latino Decisions y ABC News encontró que en una elección general Obama le ganaría a Romney el voto latino 67% sobre 25% y a Gingrich 70% sobre 22%.
Quizá se refieran al progreso obtenido entre los hispanos del Sur de la Florida.
Quizá insistan en creer erradamente que ese voto es representativo del voto hispano nacional que necesitan para ganar la presidencia.
Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice