Por Maribel Hastings, asesora ejecutiva de America’s Voice
TAMPA, Florida – Dicen que para resolver un problema primero hay que reconocer que existe. Y por momentos en esta Convención Nacional Republicana lograr que los republicanos reconozcan que tienen un severo problema hispano raya en lo absurdo.
Haciendo alusión a los elefantes una vez más, el problema hispano de Romney es como el gran elefante blanco en medio del salón con el que todos tropiezan pero nadie quiere admitir que está ahí.
En el evento de la Red de Liderazgo Hispano (HLN), fue refrescante escuchar al ex gobernador de la Florida, Jeb Bush, diciendo que era posible para el Partido Republicano diseminar la filosofía conservadora con un tono abierto y hospitalario hacia quienes compartan sus valores “si dejamos de actuar estúpidamente”. Claro está, posteriormente algunos emisarios hispanos trataron de restar peso al comentario. Pero se produce a días de la intervención de Bush en el programa Meet the Press donde habló de que para garantizar el futuro de la filosofía conservadora hay que llegar a una mayor audiencia y la retórica antiinmigrante y el tono republicano han lastimado a este partido. “No puedes pedirle a alguien que apoye tu causa y luego enviar una señal de que realmente no son bienvenidos”, dijo Bush el domingo.
Y las preguntas sobre cómo la retórica antiinmigrante ha enterrado al Partido Republicano como alternativa viable para los votantes hispanos persiguen a los voceros y emisarios de Romney donde quiera que estén.
Pero la evasiva sigue siendo la estrategia favorita desviando la plática hacia la economía.
En la primera rueda de prensa diaria con la prensa hispana, al congresista republicano de Texas, Quico Canseco, le preguntaron al respecto y su primera oración de respuesta fue “tenemos una economía casi en quiebra”.
Como bien dicen en inglés, denial es más que un río en Egipto. Sin agarrar el toro por los cuernos en el tema migratorio, los republicanos están en negación.
Las cifras de apoyo latino a Romney son abismales a 70 días de las elecciones. No superan el 30%. Su mensaje de que Romney ofrecerá una solución a la economía y el desempleo no resuena aún entre un grupo, los hispanos, con una de las tasas más altas de desempleo.
Y si no resuena, no hay que ser un genio para concluir que la retórica antiinmigrante y por ende, antihispana esbozada por el partido ha calado hondo entre el voto latino. Todavía más cuando el candidato presidencial ha apoyado posturas como la autodeportación, prometió vetar el DREAM Act en su forma actual, y también ha prometido revertir las demandas del Departamento de Justicia en contra de estados como Arizona y Alabama por sus leyes antiinmigrantes SB 1070 y HB 56.
Sobre la Acción Diferida a los Soñadores, todos dicen que Romney quiere una “solución permanente” y no un parche de dos años, aunque los republicanos hayan votado en bloque en contra de esa solución permanente, el DREAM Act, y que la Acción Diferida tampoco contemple una vía de legalización como proponía el nonato plan DREAM Act light del senador republicano de Florida, Marco Rubio.
La ex tesorero federal, Rosario Marín, reiteró que la Acción Diferida es un “insulto para la comunidad latina porque (Obama) lo hizo en el último momento que lo podía hacer”.
No faltarán los oradores latinos en la Convención y cuando Romney ya sea oficialmente el nominado aumentará el volumen de los anuncios en español apelando a ese voto latino que lo ve con desconfianza.
Marín es una de las que piensa que el mensaje económico calará entre los latinos. Por los pasados cuatro años, dijo, la comunidad ha sido aquejada por el desempleo, y por otros cuatro años con Obama habrá más de lo mismo. “Si eso es lo quieren, que voten por él”, dijo sobre Obama.
“Aquí (en la Convención) vemos a los latinos muy entusiasmados con la posibilidad de tener a Mitt Romney y Paul Ryan como presidente y vicepresidente. Pregúntale a cualquiera. Estamos emocionadísimos porque sabemos que van a hacer lo más importante primero, la economía”, indicó.
A la afirmación de que eso es aquí en la Convención pero no es lo que parecen los votantes latinos del resto del país, tal y como lo reflejan los sondeos, Marín respondió: “Aquí todos son votantes”.
En negación.