El presidente Trump está allanando el camino una vez más para la separación de familias. Solo días después de que el secretario interino del DHS, Kevin McAleenan, insistió en que esa política ya no estaba en la mesa de las discusiones, el mandatario hizo todo lo posible por dejar entrever el siguiente paso en ese sentido. El domingo llamó a Fox News y le dijo a la conductora Maria Bartiromo que haber terminado la separación familiar fue un “desastre”, asegurando que “ahora es como estar en Disneylandia. Antes se te habría separado y algunas personas dirían que no aumentáramos eso. Ahora no son separados, y aunque eso suena bonito, qué pasa si literalmente viene diez veces más la cantidad de personas porque no van a ser separadas de sus hijos”.
Podemos ver a través de las débilmente veladas evasivas de McAleenan cómo el presidente Trump y Stephen Miller le hacen lugar a la política maniquea de forzar a los padres a elegir entre ser detenidos indefinidamente con sus hijos o sin ellos.
De acuerdo con Pili Tobar, subdirectora de America’s Voice, “dejemos esto en claro: el gobierno se está preparando para la segunda fase de la separación de familias, obligando a los migrantes centroamericanos que huyen de la violencia a escoger entre ser detenidos indefinidamente con sus niños o sin ellos. No es secreto que Trump y Miller quieren hacer recaer la culpa en las familias inmigrantes, pero si el pueblo estadounidense no se dejó engañar con la primera fase de la separación de familias, tampoco lo permitirá en la siguiente. Los estadounidenses lo han dicho clara y abiertamente: la salvaje política de separación familiar no será tolerada de ninguna manera”.
