El anuncio del Fiscal General, Jeff Sessions, en el sentido de que la mayoría de quienes buscan asilo huyendo de la violencia doméstica y de las pandillas ya no calificarán para esta protección en Estados Unidos, es una muestra más de la crueldad del gobierno de Trump, dijo hoy America’s Voice Education Fund.
Sessions anunció ayer también un nuevo esfuerzo por retirar la ciudadanía a quienes se sospeche que cometieron irregularidades para obtenerla, un raro proceso utilizado anteriormente que se reservaba solo para criminales de guerra, pero no para ciudadanos comunes. En manos de este gobierno, no nos hagamos tantas ilusiones.
Compartimos a continuación una reacción de Frank Sharry, Director Ejecutivo de America’s Voice Education Fund, a estos anuncios oficiales y sus implicaciones:
Alguna vez llamamos a nuestra nación una ciudad brillante sobre una colina que proveía refugio a los oprimidos. Ya no.
Ahora somos un país que intencionalmente condena a miles de mujers y niños a la violencia y a la muerte. Ahora somos un país que le da la espalda a la tradición de nuestro país de ser un faro de esperanza para la gente alrededor del mundo. Ahora somos un país que arrebata a los bebés de los brazos de sus padres.
Ahora somos un país que dice a los refugiados —mujeres que huyen de la violencia y del abuso, jóvenes que huyen de pandillas asesinas y otra gente que huye de grupos terroristas— que se vayan al infierno y mueran ahí.
¿Y para qué? Nada de esto nos mantiene más a salvo, ni fortalece nuestra economía, ni reconstruye nuestras ciudades. Nada de esto refleja nuestros valores más preciados. Nada de esto tiene que ver con el credo estadounidense. Esto es cureldad gratuita. Esto es radical y extremo. Es maldad.
Ya no debería confundirnos ni haber justificación sobre lo que estamos atestiguando y por lo que estamos pasando. Nos corresponde levantarnos y decir: no en nuestro nombre; esto tiene que terminar ahora mismo.
