Como pronosticamos, el gobierno de Trump está usando la creciente pandemia del coronavirus para señalar con el dedo a los inmigrantes y a la frontera México-Estados Unidos.
El viernes pasado, durante la conferencia anual de CPAC, el secretario interino del DHS, Ken Cucinelli, vinculó las medidas de seguridad en la frontera sur con la respuesta al coronavirus, un señalamiento amplificado por el presidente Trump durante su discurso ante sus seguidores en Carolina del Sur el mismo viernes en la noche, cuando dijo: “La seguridad fronteriza es también la seguridad sanitaria”. Trump procedió a calificar de “nuevo engaño” las preocupaciones sobre el coronavirus y las críticas al manejo que ha hecho su gobierno de ello.
Aunque no sorprende, el esfuerzo por avivar la división y usar como chivos expiatorios a los inmigrantes es exactamente el enfoque equivocado en un momento en que necesitamos hacer a un lado la política y unir a la gente en torno a las mejores pruebas científicas y las recomendaciones a seguir.
De acuerdo con Frank Sharry, Director Ejecutivo de America’s Voice:
“Nuestra nación y nuestro planeta están en medio de una crisis de salud pública que requiere de decisiones inteligentes hechas con base en la ciencia, una fuerte coordinación y una comunicación clara. Las intenciones del presidente Trump y de sus aliados de culpar a los inmigrantes siembran desconfianza y distraen de la urgente tarea de lidiar con un desafío que podría costar millones de vidas.
Necesitamos ciencia, no chivos expiatorios; liderazgo, no juegos políticos; destrezas, no declaraciones sesgadas. Desafortunadamente, nuestro presidente desdeña la ciencia, nada sabe sobre unidad y se especializa en echar la culpa a los demás, en desconfiar de los expertos y en xenofobia”.