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El daño de la retórica antiinmigrante de los republicanos

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Hace diez años, un abarcador proyecto de ley para modernizar nuestro sistema migratorio se aprobó en el Senado federal con 68 votos a favor. Pero a pesar del apoyo abrumador en el Senado, el sólido apoyo en los sondeos públicos  y la posibilidad de que probablemente una mayoría de los congresistas en la Cámara de Representantes lo habrían favorecido, el entonces presidente de la Cámara, el congresista republicano de Ohio, John Boehner, no permitió que la medida se llevara a votación, temeroso de arriesgar su liderazgo si se enfrentaba al ruidoso grupo  de legisladores antiinmigrantes.

Diez años después seguimos pagando las consecuencias por lo que no se logró en 2013. Sin ser perfecto, el proyecto de ley proponía soluciones a muchos de los males que siguen plagando nuestro quebrantado sistema migratorio, incluyendo una vía a la ciudadanía para los Dreamers y los indocumentados que en ese entonces llevaban  años radicados en Estados Unidos. Este también incluía  otras vías legales para emigrar a Estados Unidos, reduciendo así la presión en nuestra frontera sur.

Las oportunidades desperdiciadas van más allá del ámbito de la política pública. En el 2013, los republicanos estaban divididos en el tema migratorio. Pero ahora ese “ruidoso grupo” de voces antiinmigrantes es casi unánime y opera sin control alguno en el Partido Republicano. El sentimiento antiinmigrante es ahora el corazón de un Partido Republicano dominado por el sector MAGA. Por ejemplo, hace apenas unos días todos y cada uno de los republicanos de la Cámara Baja, liderados por la congresista de extrema derecha, Lauren Boebert, votaron para avanzar el proceso de destitución del presidente Joe Biden por su manejo del tema migratorio.

Tal parece que nos hemos vuelto insensibles al efecto  y las consecuencias de la degradación antiinmigrante de los republicanos y su aceptación al nativismo reflejado en el  eslogan nazi de  “sangre y tierra”.  Un verdadero análisis del nativismo del Partido Republicano no solamente enumeraría las dañinas políticas públicas que se han promulgado, o las medidas necesarias  que se han bloqueado, sino también mostraría claramente los peligros reales de  la retórica migratoria de los republicanos y su creciente dependencia en las consignas y las conspiraciones de los nacionalistas blancos.

Estados Unidos sigue necesitando desesperadamente la modernización de nuestro sistema migratorio para reforzar nuestra economía ahora y en el futuro. Sin embargo, los republicanos continúan obstruyendo la modernización que necesitamos a nivel nacional, al tiempo que evidencian a nivel estatal los costos de su visión nativista.

Veamos lo que ocurre en Florida, tras ser promulgada la ley antiinmigrante de Ron DeSantis. Trabajadores y sus familias están huyendo, mientras importantes voces en las industrias de la hotelería, la construcción y la agricultura expresan su preocupación por el impacto económico. El hecho de que el gobernador DeSantis piense que lo más inteligente para su campaña es perjudicar la economía de su estado y dar la espalda a la orgullosa tradición de Florida de ser un estado acogedor para los inmigrantes dice mucho sobre las posturas republicanas en inmigración en 2023.

Mientras tanto, contrario a las predicciones apocalípticas de la derecha y del Partido Republicano tras el fin del Título 42, la cantidad de migrantes detenidos en la frontera se ha reducido. Si bien son muchos los factores que afectan el número de personas cruzando la frontera, incluyendo restricciones que no apoyamos, esto debería ser algo que los republicanos deberían celebrar, dadas sus supuestas prioridades. Sin embargo, continúan con sus ataques políticos prefabricados, como si se hubiesen cumplido sus predicciones de caos tras el fin del Título 42. Un ejemplo es la  permanente falsedad de que tenemos “fronteras abiertas”.

Más aún, la apertura republicana al nativismo no solo es dañina y divisiva, sino peligrosa. Esta semana, el nacionalista blanco que mató a 23 personas en un ataque con motivación racial en un Walmart de El Paso en 2019 fue sentenciado a 90 cadenas perpetuas consecutivas y podría enfrentar la pena de muerte. Esto ocurre a solo semanas de la condena al autor del tiroteo en la sinagoga Tree of Life en Pittsburgh en 2018 y tras haberse cumplido el primer aniversario de la masacre en un supermercado en Buffalo en 2022. Estos individuos mencionaron como las principales motivaciones de sus actos el detener la “invasión” de inmigrantes no blancos y la falsa “Gran Teoría del Reemplazo”.

A pesar de los peligros reales que representan estas mentiras racistas, los republicanos y los medios informativos de derecha han intensificado el uso de tales conspiraciones desde que se llevaron a cabo esos ataques motivados por el nacionalismo blanco. America’s Voice ha encontrado más de 550 ejemplos de funcionarios republicanos electos y de campañas que han amplificado las teorías conspirativas de la “invasión” y del “reemplazo” desde lo ocurrido en Buffalo, así como docenas de ejemplos durante las  audiencias republicanas en el Congreso este año. Las mismas ideas de “reemplazo” e “invasión” del plan migratorio de Ron DeSantis, la justificación de los republicanos para un falso proceso de destitución y su eterna excusa de “seguridad fronteriza primero” son las razones por las cuales nunca es el momento adecuado para modernizar nuestro sistema migratorio por la vía legislativa.

Necesitamos urgentemente que el Congreso y el Partido Republicano negocien soluciones bipartidistas reales para componer un sistema migratorio quebrantado. Pero en lugar de eso, enfrentamos una implacable desinformación politizada, políticas públicas dañinas e incitación peligrosa. A todos nos incumbe, incluso a los pocos republicanos pro inmigrantes que cada vez son menos, el no permitir que la degradación nativista del Partido Republicano se normalice aún más; denunciar su peligroso extremismo; y buscar soluciones equilibradas que ofrezcan orden y justicia en nuestro sistema inmigratorio.