Todos soñamos con algo que anhelamos alcanzar. Dios nos ha dado la capacidad maravillosa de soñar y tener la habilidad de crear una imagen en nuestra mente del futuro que deseamos.
El poder visualizar nuestros sueños es una parte fundamental para su cumplimiento. Los denominados “Dreamers” tienen un sueño y una visión clara de lo que quieren alcanzar. Este grupo de jóvenes inmigrantes sueñan con obtener estatus legal en el único país que consideren su hogar. Con el pasar de los años se han convertido en una fuerza política y económica en Estados Unidos.
Actualmente el 46 % de los Dreamers son estudiantes y el 83% de ellos también trabajan. Un total de 91% de ellos trabaja hoy y contribuyen enormemente a la economía de este país. A pesar de esto, el presidente Trump puso fin al programa de DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals) en septiembre del año pasado. Este programa protegía a los Dreamers de ser deportados. Sin esta protección estos jóvenes se encuentran vulnerables ante la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Este pasado Domingo de Pascua el presidente Trump anunció en una serie de tuits que no habrá ningún acuerdo para salvar a los 700,000 dreamers que viven en el país. Cabe recordar que fue este mismo presidente el que canceló el programa y que rechazó todo intento del Senado para llegar a una solución legal que beneficiara a este grupo de inmigrantes.
Su afirmación de que no habrá acuerdo alguno no es sorpresa. Lo que sorprende es que el presidente siga justificando su retórica antiinmigrante basándose en informaciones falsas.
El presidente afirmó falsamente que hay “grandes flujos de personas” que ingresan furtivamente en Estados Unidos” porque quieren aprovecharse de DACA. La verdad es que para calificar para este programa la persona debe cumplir los siguientes requisitos: haber vivido en Estados Unidos desde 2007; haber entrado al país antes de cumplir los 17 años, y no haber tenido más de 31 hasta el 15 de junio de 2012.
A pesar de esta campaña de descrédito que este gobierno ha entablado contra los inmigrantes, la verdad siempre saldrá a relucir. Debemos denunciar de forma pública todas estas mentiras, ya que la verdad es nuestra mayor arma: no se puede vencer al enemigo usando sus mismas tácticas.
La historia demuestra que aun en las condiciones más adversas hay esperanza. Los Dreamers deben seguir liderando con el ejemplo para mostrarla la sociedad que merecen la oportunidad de ser incluidos; no por lástima, sino por mérito propio y porque es lo moralmente correcto.
Este miércoles 4 de abril se cumplen los 50 años del asesinato del activista y pastor bautista Martin Luther King Jr., y hoy más que nunca su legado y sus palabras cobran vida. Él tenía un sueño al igual que los Dreamers y todos los inmigrantes indocumentados, el sueño de ser tratados con igualdad y respeto. Todavía falta mucho camino por recorrer, pero debemos seguir adelante.
“Hoy les digo, mis amigos, que a pesar de las dificultades y frustraciones del momento, todavía tengo un sueño”: Martin Luther King Jr.