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J.D. Vance y el cuento del lobo disfrazado de oveja

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Aunque un debate de candidatos a vicepresidente no determina el resultado de la elección general, el encuentro entre el demócrata Tim Walz y el republicano J.D. Vance marcó los contrastes en las visiones entre demócratas y republicanos, y permitió ver quiénes son estos individuos que están a un paso de la presidencia si el mandatario o la mandataria no pudiese completar su término.

Presenciamos dos visiones opuestas donde Vance hace eco de las propuestas extremas y las mentiras de Donald Trump, pero contrario al expresidente, lo hace sin perder la compostura, lo cual lo hace todavía más peligroso. Pese a la cordialidad del debate en general, Vance lo que hizo fue tratar de reinventar a Trump y a la fórmula republicana como promotores de consenso bipartidista que han sido “malinterpretados” todo este tiempo, incluso cuando Trump instigó el violento asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 para impedir la certificación del triunfo de Joe Biden en 2020. Para Vance, lo que todos atestiguamos fue una manifestación “pacífica”.

En inmigración, Vance repitió las mismas mentiras de Trump: que las fronteras están abiertas, que Kamala Harris, nominada demócrata a la presidencia, era “zar de la frontera” y fracasó en su desempeño, lo cual es falso; que los cruces fronterizos están descontrolados, lo cual también es falso porque han ido a la baja; o que los indocumentados trafican fentanilo a Estados Unidos, aunque más del 80% de los condenados son ciudadanos estadounidenses, y 90% de las confiscaciones ocurren en puertos de entrada legales o centros de inspección vehicular al interior del país y no en las rutas de cruces de indocumentados. También culpó a los indocumentados del alto costo de la vivienda, de la violencia de las armas y de deprimir los salarios de los ciudadanos.

Después de todo, Vance, senador federal por Ohio, promovió la mentira de que los inmigrantes haitianos se comen las mascotas de los residentes de Springfield, Ohio, incluso cuando su equipo corroboró que la información era falsa.

Y junto a Trump aboga por las deportaciones masivas contenidas en el Proyecto 2025 del cual ha querido distanciarse. Incluso quiere ampliar la red para que esas deportaciones masivas incluyan a inmigrantes al presente protegidos por programas como TPS o el “parole” humanitario. Pero evadió responder si deportará a padres indocumentados si tienen hijos ciudadanos estadounidenses, ni explicó cómo implementarán el plan que provocará un caos legal, humanitario y económico.

Asimismo, Vance, como Trump, promueve la otra gran mentira de que los indocumentados votan en elecciones federales.

Vance es quien también critica a las mujeres que no tienen hijos, por decisión propia o porque no pueden, tildándolas de “señoras sin hijos y con gatos”.

Ahora defiende a Trump aunque en 2020 dijo que la agenda económica del expresidente había fracasado y que seguramente perdería las elecciones. Pero ha sido fiel portavoz de la gran mentira de que a Trump le “robaron” la elección porque hubo “fraude”, y también llegó a decir que de haber sido vicepresidente en 2020 no habría certificado los resultados como hizo el exvicepresidente Mike Pence. En el debate, esquivó responder si Trump perdió la elección porque quiere “enfocarse en el futuro”.

Walz, por su parte, apela más a la clase trabajadora con su historial de maestro, coach, congresista, gobernador y ahora candidato a la vicepresidencia.

El gobernador de Minnesota se presenta como alguien capaz de tener empatía con diversos sectores y eso incluye a los inmigrantes. En este frente,  America’s Voice, ha enumerado cinco puntos del historial migratorio de Walz en Minnesota: su apoyo a los Dreamers y a la reforma migratoria; concedió licencias de conducir a los indocumentados de su estado por las lógicas razones de seguridad para todos; su apoyo a los refugiados, se opuso a la política de separación familiar de Trump, y también se opuso al muro fronterizo.

Al acercarse las elecciones la mancuerna Harris-Walz ha endurecido sus posturas en torno a la frontera y el asilo. Pero también promueven una reforma migratoria con una vía a la legalización.

No se trata de justificar posturas o de abogar por el candidato “menos malo” en materia migratoria. Pero se trata de reconocer que son las alternativas que tenemos enfrente, y que la apatía o no votar no pueden ser opciones cuando una de las partes en esta contienda ha hecho del racismo su carta de presentación para liderar una nación diversa racial e ideológicamente hablando.

Al menos esta “señora sin hijos y con gatos (y perros)” que escribe, no se tragó el cuento del lobo disfrazado de oveja que Vance trató de proyectar en el debate.