tags: AVES Feature, AVES Politics

2025, Año Terrible para inmigrantes (y ciudadanos) en EEUU

Compartir este:

El cúmulo de medidas del gobierno de Donald Trump en su asalto a la inmigración autorizada enfrentará retos en los tribunales pero en lo que el hacha va y viene, el daño a individuos, familias, comunidades y la economía es real y palpable. Es como una muerte por mil cortes donde infligir dolor y pánico es parte central de la estrategia.

Como también lo es abrumar al inmigrante hasta que se autodeporte y hostigar a quienes defienden los derechos de esos inmigrantes, ya sean abogados y organizaciones.

Los titulares noticiosos y los vídeos sobre redadas, detenciones y sus secuelas, también son agobiantes.

Un repaso por la prensa de los pasados días ofrece una muestra del panorama.

En Florida, un grupo de 58 niños, incluyendo ciudadanos estadounidenses, han sido enviados a Guatemala y a otros países que no conocen a reunirse con sus padres deportados asistidos por el Centro Maya-Guatemalteco de ese estado.

Parte del grupo viajó en los pasados días. “Las familias de los siete viajeros, de entre 3 y 15 años, se han visto destrozadas este año por la campaña de deportación de la administración Trump. Los niños salieron de Estados Unidos el jueves para comenzar una nueva vida en las montañas de Guatemala. Para algunos, Florida es el único hogar que han conocido”, dice el artículo de El Nuevo Herald.

Los niños son uno de los sectores más afectados por la cruzada antiinmigrante de Trump que no exime ni a escuelas ni iglesias en su cacería, ya no solo de indocumentados sino de todo el que luzca “extranjero”, aunque sea ciudadano.

Los vídeos de intervenciones y detenciones violentas por parte de agentes de ICE y de la Patrulla Fronteriza demuestran que no se trata únicamente de indocumentados. El vídeo de una ciudadana estadounidense sacada violentamente a rastras de su auto por agentes enmascarados en Cayo Largo, Florida, plasmó el nivel de violencia y cómo se pisotean las protecciones constitucionales con total impunidad.

En una carta enviada al Miami Herald, la mujer declaró que “este no es el Estados Unidos en el que crecí, ni el Estados Unidos que representamos. Me niego a permitir que nadie, identificado o no, viole mis derechos o me arrebate mi dignidad”.

ICE y la Patrulla Fronteriza detienen incluso a quienes tienen visas o protecciones especiales porque se trata de “daño colateral”.

Y si los operativos eran violentos, ahora lo son más tras la muerte de una guardia nacional en una emboscada en Washington, DC a manos de un ciudadano afgano. Esto resultó en que se congelaran las peticiones de asilo de ciudadanos de 19 países, incluidos Cuba y Venezuela. Y abarca todos los ajustes migratorios, desde tarjetas de residencia, hasta la naturalización.

En Boston, El Planeta reportó que “el jueves, inmigrantes aprobados para naturalizarse acudieron a Faneuil Hall —conocido como la cuna de la libertad— para vivir ese momento tan esperado. Pero, al llegar y hacer fila, algunos fueron informados por funcionarios del USCIS que no podían continuar debido a sus países de origen”.

No se trata solo de cancelar ceremonias de naturalización. Trump ya habla de revocar la ciudadanía de personas y el viernes se anunció la creación del Centro de Verificación de Antecedentes del USCIS para revisar todas las peticiones de ajuste migratorio, pendientes y aprobadas. De este hemisferio están en la mira inmigrantes de Haití, Cuba y Venezuela.

Y ni hablar de las muertes de inmigrantes en centros de detención insalubres donde no reciben atención médica pronta y adecuada. Se calcula que de 20 a 25 inmigrantes han muerto bajo custodia de ICE este año, uno de los más letales.

Lo peor es que diversos análisis siguen confirmando que los operativos detienen a inmigrantes sin historial delictivo.

NBC News reportó que entre el 20 de enero y el 15 de octubre de este año, ICE detuvo a 75,000 inmigrantes sin antecedentes penales, lo que representa una tercera parte de los 220,000 arrestados en ese periodo. Sobre los que tienen antecedentes, no hay distinción entre delitos menores y graves. Las cifras no incluyen los detenidos por la Patrulla Fronteriza en violentos operativos a través del país.

Y es que este año que se encuentra en su último mes ha sido un annus horribilis, un año de gran infortunio para inmigrantes y no inmigrantes.

Pero hay rayos de esperanza por el apoyo de la comunidad y de ciudadanos estadounidenses a sus familiares, amigos, vecinos y empleados inmigrantes. La resistencia sigue latiendo.