El Congreso aprobó la semana pasada los fondos para evitar el cierre del gobierno sin incluir una solución para los Dreamers. Este pasado viernes 23 de marzo, el presidente Trump, al promulgar la medida, culpó a los demócratas por la no inclusión de DACA. Es decir, el gobierno de Trump continúa sin hacerse responsable del caos que ha generado.
Ese mismo viernes Trump envió un tweet diciendo que estaba considerando vetar el proyecto de gastos porque este no incluía DACA, pero horas más tarde lo firmó de todas formas. Con esa ambigüedad que lo caracteriza, el presidente se burló de los Dreamers de la forma más cruel posible.
Y la pregunta es, ¿cómo puede ser una persona tan cruel?, ¿cómo puede jugar con la vida y el futuro de millones de jóvenes con tanta frialdad? El nivel de perversidad y narcisismo que muestran el presidente y su gabinete es alarmante.
El término perverso narcisista fue creado por el psiquiatra francés Paul-Claude Racamier quien describe al perverso narcisista como una persona sin capacidad de empatía real. Su empatía es más bien utilitaria, pues sólo reconoce las necesidades del otro en la medida que sirvan a su propio beneficio.
No hay que ser psicólogo para darse cuenta de que el presidente muestras estas mismas cualidades. Por medio de descrédito, mentiras y humillaciones el perverso narcisista falsea situaciones para destruir la imagen de su objetivo y elevar la suya, alimentan su gloria a costa de la derrota de los demás, creyendo que por cada pie que aplastan ganan un pie de altura.
El perverso-narcisista procura proteger su imagen a toda costa. Esto lo podemos ver claro en el presidente, quien a pesar de haber cancelado DACA hace seis meses y de haber rechazado todos los acuerdos bipartidistas para llegar a una solución legal, es capaz de pararse frente a un micrófono en una rueda de prensa y culpar sólo a los demócratas por no incluir DACA en el presupuesto.
Está claro que el objetivo de este gobierno es el descrédito y la criminalización de todos los inmigrantes indocumentados con base en mentiras. Los Dreamers, como tantos otros inmigrantes, aportan de forma muy positiva a esta nación. Ellos también son padres, hijos, estudiantes, trabajadores, amigos, y todos merecen una oportunidad.
Como dijo el estadista irlandés Edmund Burke: “La única cosa necesaria para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada”.
Los buenos somos más que los malos y seguiremos luchando. Los Dreamers forman parte de esta sociedad y no están solos.