Por Maribel Hastings, asesora ejecutiva de America’s Voice
WASHINGTON – El presidente Barack Obama y el aspirante presidencial republicano, Mitt Romney, hablarán esta semana, por separado, con la cadena Univisión en otra oportunidad para comunicarse directamente con los votantes latinos indecisos que sintonicen las entrevistas.
¿Qué dirán para convencer a los desafectos con el demócrata pero tampoco convencidos de apoyar al republicano? Ese porcentaje de votantes que grupos a través del país buscan movilizar antes de que sean seducidos por la apatía electoral.
En el caso de Romney, a mí, como votante latina, me gustaría saber cómo explica que su asesor en temas migratorios, Kris Kobach, sea una de las figuras más divisivas del país, autor de algunas de las leyes más antiinmigrantes, como la SB 1070 de Arizona y la HB 56 de Alabama, promotor del concepto de autodeportación por desgaste, es decir, de hacerle la vida imposible a los inmigrantes hasta que empaquen y se larguen. Y ahora suma a su lista el cuestionar si Obama verdaderamente nació en Hawaii.
Quiero saber si sólo proponiendo crear empleos para los hispanos ahogados en el desempleo Romney borra de un brochazo estas alianzas y cómo explica que en un evento de campaña en Iowa haya dicho que quiere tener como “socio” en Washington a un congresista republicano, Steve King, que ha comparado a los inmigrantes con animales.
Como Romney se opone a la reforma migratoria integral, quiero saber qué propone hacer con los millones de indocumentados trabajadores ya radicados y con raíces familiares en este país, a no ser que insista en la autodeportación. Cuál es la solución permanente que tanto menciona aunque sin abundar.
Y quiero saber qué hará, si resulta electo, con la Acción Diferida para los jóvenes indocumentados Soñadores. Romney y sus emisarios dicen que propondrá una solución permanente para estos jóvenes. ¿Cuál es la solución? ¿El proyecto de ley DREAM Act que prometió vetar si llegara a sus manos en caso de que fuera presidente? ¿Tienen que temer estos jóvenes que si Romney resulta electo su protección temporal pueda ser revocada?
Obama, por su parte, tiene algunas explicaciones que dar.
El presidente y sus emisarios y asesores saben que tiene el apoyo del voto latino como lo demuestran encuesta tras encuesta. Eso ni quién lo dude.
Pero una cosa es que los latinos digan que lo apoyan y otra muy diferente es que salgan a votar en cifras récord como lo hicieron en 2008.
De manera que el presidente Obama, sus emisarios y asesores no deberían confiarse tanto de lo que digan las encuestas ni dar el voto latino por un hecho.
Es cierto que Obama concedió la Acción Diferida a los Soñadores dos años después del fracaso del DREAM Act en el Senado federal y de repetir hasta el cansancio que no podía hacer nada a nivel administrativo. Finalmente lo hizo y puede potencialmente ayudar a más de 1.2 millones de jóvenes.
La Acción Diferida ha favorecido al presidente entre los hispanos. Muchos han visto la orden administrativa como una luz al final del túnel para muchas familias inmigrantes aquejadas por la sombra de la deportación. Con la Acción Diferida Obama ha demostrado que tiene la voluntad de hacer algo por los inmigrantes, me dijo un latino de Charlotte, Carolina del Norte, en el marco de la Convención Nacional Demócrata.
Pues si todavía cuenta con la buena voluntad y el apoyo de esos votantes, no se ponga a decir, como hizo en entrevista con la Agencia EFE, que no rompió ninguna promesa de reforma migratoria integral en su primer mandato. No trate de alterar los hechos: la promesa se hizo y se rompió, por las razones que hayan sido, pero se rompió. Entonces explique las razones, diga que trató y no se pudo, pero que si es reelecto, intentará buscar consenso en este espinoso asunto.
Y eso, como votante, me gustaría escuchar de Obama. Que me diga cómo piensa impulsar esa reforma si es reelecto. Que me diga qué fichas piensa mover, de su parte, para impulsar una negociación. Que al menos se intente.
Que recuerde que Romney no busca ganar el voto latino sino erosionar el apoyo hispano al presidente en estados claves para su reelección.
Y si llega el 6 de noviembre y Obama todavía tiene la suerte de que los votantes latinos no sean víctimas de la apatía y lo ayuden a reelegirse, a pesar de su rota promesa, más razones aún para tratar de que en su segundo mandato la reforma migratoria sí se pueda.