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Nevada: La batalla por el Oeste

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Segunda escala: Nevada

LAS VEGAS – Aunque el proceso primarista republicano apenas comienza, Mitt Romney se perfila como el candidato presidencial inevitable y este sábado espera repetir su triunfo de 2008 en las asambleas populares (caucus) de Nevada, un estado que será decisivo en noviembre en la lucha por la Casa Blanca y donde el voto latino será instrumental.

Los latinos representan 27% de la población de Nevada y 15% de los votantes elegibles para votar en los comicios de noviembre.

Ya la atención se centra en cómo será la contienda en noviembre entre Romney y Barack Obama en el estado donde el actual presidente obtuvo 76% del voto latino en los comicios del 2008 frente al 22% logrado por el republicano John McCain. Obama ganó en Nevada con 55% del voto sobre 43% de McCain.

Entonces la inmigración jugó un papel central por la promesa de reforma migratoria integral que formuló Obama y que en Nevada, como en otros estados clave, movilizó a los votantes latinos, especialmente los naturalizados, a apoyarle.

Muchos latinos en Nevada no sólo enfrentan las más altas tasas de desempleo y de embargos hipotecarios, sino también la falta de la esperada reforma migratoria.

Algunos demócratas reconocen que la ausencia de esa reforma supone un reto para los demócratas en los esfuerzos de movilizar al voto latino en Nevada.

Pero consideran que los precandidatos republicanos, particularmente el favorito, Romney, no ofrecen alternativa viable a los votantes latinos y por el contrario, le facilitan a los demócratas esa labor de movilización con sus posturas migratorias de línea dura.

Romney, por ejemplo, se opone a la reforma migratoria integral y al DREAM Act que gozan del apoyo abrumador de los votantes latinos. Uno de los asesores sin paga de Romney en el tema migratorio es Kris Kobach, arquitecto de las leyes antiinmigrantes más severas del país, incluyendo Alabama, Arizona y Carolina del Sur y del concepto de “desgaste mediante la aplicación de leyes” que consiste en hacerle la vida imposible a los indocumentados para que opten por irse del país así sea a expensas de la unidad familiar. Otros le llaman autodeportación.

Vicenta Montoya, del grupo demócrata Sí se Puede Latino Democratic Caucus, admite que posiblemente algunos latinos que votaron por Obama en el 2008 opten por no votar, “pero no creo vayan a votar por un republicano”. “Es ridículo porque lo que dicen los republicanos va totalmente en contra de la comunidad latina”, indicó.

Y los republicanos no deberían subestimar el poder de movilización de votantes latinos que tiene el tema migratorio por estos lares.

Que lo diga el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, quien en noviembre de 2010 retuvo su escaño y con ello la mayoría senatorial cuando los votantes latinos de Nevada lo apoyaron en las urnas para derrotar a la republicana Sharron Angle, quien optó por una campaña  antiinmigrante y ofensiva que presentaba a los inmigrantes como criminales.

En esa misma elección, Nevada eligió al republicano Brian Sandoval como su gobernador y rápidamente los republicanos pasaron a usarlo como ejemplo de que podían elegir figuras republicanas en estados de  alta población hispana.  Lo que no aclaran los republicanos es que Sandoval sólo logró 15% del voto latino de su estado tras apoyar la SB 1070 del vecino estado de Arizona.

Para Fernando Romero, presidente de la organización política hispana más antigua de Nevada, Hispanics in Politics, el próximo nominado republicano no le dará la pelea a Obama por el voto latino del estado.

“Es una de las razones por las cuales los latinos no se presentarán en las asambleas (caucus) porque el Partido Republicano no tiene nada positivo para nuestra comunidad”, agregó.

Para Romero, la opción de los latinos en noviembre está clara. “Aunque muchos (latinos) digan que no van a votar, saben que cualquiera de los cuatro republicanos que contienden está por hacernos daño. No nos queda otra opción”, afirmó.

Y si fuera Romney el contendor, “cuando salga todo lo negativo que ha dicho contra nuestra comunidad, no pienso que personas que tenemos amigos, familiares, seres queridos, vecinos que son indocumentados vayan a apoyar a Romney”.

Así pusiera, señaló, a un hispano en la boleta como compañero de fórmula: al senador de Florida, Marco Rubio o los gobernadores de Nevada y Nuevo México, Sandoval o Susana Martínez.

“Sandoval es el que menos se ha involucrado en el tema de inmigración y desde su apoyo a la SB 1070 en el 2010 no ha vuelto a decir nada, ni positivo, ni negativo. Y si a Brian, el más moderado de los tres, el votante latino de su propio estado no lo apoyó pese a su apellido Sandoval, va a ser muy duro para Romney. Rubio de repente suavizó un poquito la retórica, pero demasiado tarde porque ya conocemos su corazón. Y de Martínez ni hablar. Sus acciones lo dicen todo”, afirmó Romero.

El republicano, Alex Garza, vicepresidente de Hispanics in Politics, señaló que “lo que pasa es que la retórica está fuera de control”.

En su opinión, los demócratas han sabido manejar el tema migratorio a su conveniencia aunque al final no se haya cumplido la prometida reforma. Pero por otro lado, “el Partido Republicano no debe promover políticas de separación familiar…la autodeportación no es posible”, declaró Garza, cuyo padre se legalizó con la amnistía de 1986 promulgada por Ronald Reagan

Este año, dijo Garza, verá una fuerte lucha por el voto latino y anticipa que aunque muchos hispanos demócratas permanecerán fieles a su partido, otros tantos seguirán registrándose como independientes, el mayor grupo oscilante de votantes que puede decidir una elección.

La lucha por el Oeste ya comenzó.

Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice