La situación por la que atraviesan miles de migrantes en diversos países, incluyendo los que ya se encuentran en Estados Unidos, se está convirtiendo en una crisis de impacto continental; lo mismo para quienes llegan a Nueva York, Chicago o Los Ángeles, que aquellos que recién empiezan el viaje en el sur latinoamericano, especialmente para los menores de edad.
►“No tengo dónde ir y no tengo dónde quedarme… en realidad no quiero quedarme en la calle. Cuando llegué, me dijeron que no, que no me podían recibir porque no estaba registrado, que yo no tenía registro. Ya vengo de tres y ninguno me quiere recibir”: solicitante de asilo en Nueva York (anónimo).
Spectrum Noticias “No quiero quedarme en la calle”: desalojan un albergue de inmigrantes por seguridad
►“La crisis migratoria siempre impacta. El conocer situaciones de extrema pobreza, de abandonar sus domicilios con sus mascotas, hijos, peluches, a un destino desconocido, siempre moviliza. Siempre es tremendo”: María Olga Troncoso, jueza de Familia de Iquique, Chile, donde también ha conocido casos de menores migrantes no acompañados, quienes en su mayoría migran buscando una fuente laboral, porque han estado en situación de calle, o tienen deserción escolar, o vienen de una pobreza extrema. Son principalmente mayores de 13 y 14 años”.
BBCL Niños (des)amparados en la frontera
►“(Falsos sacerdotes) cobran tarifas exorbitantes por celebrar los sacramentos, impartir clases y expedir certificados. (Además) exigen la presentación de certificados de nacimiento para las personas que participan en estos sacramentos, lo que genera preocupación sobre la trata de personas y el robo de identidad”: Erin Haight, vocera de la Diócesis de Stockton.