Los sueños frustrados de muchos migrantes no solo tienen que ver con una detención en la frontera o una deportación hacia sus países de origen, sino lamentablemente con la pérdida de la vida en condiciones dolorosas, incluso cuando esta ocurre bajo custodia oficial. En contraste, poco a poco se abre la puerta de la esperanza a través de proyectos en los que los migrantes son partícipes, ya sea en esfuerzos colectivos, como el deporte, o en las reunificaciones familiares, que dan un nuevo impulso a los planes familiares que se van tejiendo a lo largo del camino.
►“Yo soy madre, y como madre jamás esperé ver que me entregaran a mi hijo de esa manera. Él tenía sueños. Su sueño era salir adelante. El principal: llevaba en mente su carrera de futbol, trabajar para ser alguien mejor, decía él”.
Norma Saraí Maradiaga, madre de Ángel Maradiaga, migrante hondureño muerto a los 17 años en poder de autoridades migratorias en Florida. Ella relató a Unvision que el cuerpo del adolescente le fue entregado en el Aeropuerto Internacional de San Pedro Sula, Honduras, en una bolsa.
►“Nos contactamos con personas de aquí, nos dijeron que había campeonatos abiertos, decidimos ir a probarnos; entonces salimos adelante, gracias a Dios. Y estoy como goleador ahorita en el equipo… estar con mis compañeros, saber que es un club unido, que si ganamos, ganamos; y si perdemos, perdemos, y que todos estamos ahí para dar todo lo de nosotros”.
Jacobo Manuel Gómez Velasco, migrante ecuatoriano, comparte sus sueños como futbolista a Univision durante una entrevista en Chicago, en preparación para la Copa Mundial de Refugiados.
►“Fue una ruptura horrible. Pensé que no las iba a volver a ver… (Queremos) empezar una vida nueva, con muchos proyectos, con muchas ganas de hacer las cosas bien y de salir adelante con mi familia”.
Jean, migrante colombiano en declaraciones a Telemundo, tras ser reunificado con su esposa Ámbar y su hija, luego de que a ellas las hicieran subir a un autobús en Texas enviado a Los Ángeles, un viaje de más de 20 horas.
