Washington, DC — Durante el fin de semana, Donald Trump dejo en claro lo que está en juego para nuestra democracia y la forma en que busca usar inmigración como una arma para promover miedo, mentiras y conspiraciones en su busqueda del poder. Como parte de sus ataques para deshumanizar y poner en el blanco a inmigrantes, hay llamados cada vez más claros a la violencia y un esfuerzo por solidificar la base para rechazar cualquier resultado electoral que no vaya a su favor, lo que pone en peligro a nuestra democracia si es que Trump pierde.
Los comentarios de Trump que atrajeron la mayor atención este fin de semana se hicieron en un mitin en Ohio, donde dijo que “Ahora, si no salgo elegido, habra un baño de sangre… en el país. Eso será lo de menos”. Los defensores de Trump señalaron el contexto, respecto a la industria automotriz, para desestimar la supuesta amenaza. Sin embargo, es notable que incluso si se elimina el “baño de sangre” de los comentarios de Trump o se le da el inmerecido beneficio de la duda, aun así fue un discurso descalificador y profundamente escalofriante. La peligrosa deshumanización de los inmigrantes por parte de Trump tiene resultados predecibles y provoca más violencia contra los inmigrantes y quienes podrían estar ayudándolos. Mientras tanto, redobló sus esfuerzos para defender sus comentarios de “envenenamiento de la sangre” y apoyo con orgullo a los insurreccionistas del 6 de enero. Nada de esto es normal y todo son recordatorios de que hay una relacion inextricable entre su retórica migratoria y sus amenazas antidemocráticas.
Vanessa Cárdenas, directora ejecutiva de America’s Voice, dice:
“’Baño de sangre’. Trump lo dijo. Es un lenguaje grotesco el que conduce a la violencia real. La preocupación por el contexto es irrelevante. Las mentiras y las conspiraciones de Trump sobre los inmigrantes y la inmigración son el tipo de retórica deshumanizante y peligrosa que ha llevado a múltiples casos de violencia en nuestro país. Sin embargo, la denunciacion de su lenguaje nativista – mucho más allá de los comentarios sobre el “baño de sangre”– también debe entenderse en el contexto de sus continuos esfuerzos por utilizar conspiraciones de inmigración para deslegitimar los resultados electorales y como pretexto para otro ataque violento contra nuestra democracia. El lenguaje antiinmigrante de Trump, sus alusiones a la violencia y su apoyo a los insurreccionistas del 6 de enero no son partes diferentes de su discurso: todos son pilares centrales de su estrategia antidemocrática y su búsqueda de poder”.