Una reciente encuesta entre votantes latinos a nivel nacional, llevada a cabo por Latino Decisions y encargada por America’s Voice, mostró cuán nocivo es Donald Trump para este grupo: un abrumador 87% tiene una “muy” o “algo” desfavorable opinión de él.
Es improbable que el nivel de preferencia de Trump mejore tras la noticia de su nuevo respaldo por parte del líder del Ku Klux Klan en Virginia, quien dijo: “La razón por la que a muchos miembros del Klan les gusta Donald Trump es porque en mucho de lo que él cree, nosotros creemos”. Es de destacarse que este reciente apoyo del KKK a Trump no debe confundirse con el anterior respaldo que recibió por parte de David Duke; o su rechazo a desaprobar inmediatamente el apoyo del KKK y de Duke; o sus retuits de nacionalistas blancos y citas del líder fascista Benito Mussolini; o el apoyo que recibió de uno de los más prominentes antiinmigrantes y xenófobos de Europa, Jean-Marie Le Pen. Como Evan Osnos escribió en el New Yorker el año pasado, los nacionalistas blancos y los movimientos antiinmigrantes ven a Donald Trump como un “abanderado”, capaz de ofrecer “la apariencia de legitimidad a una visión moral alguna vez confinada al bando delirante”.
En su artículo publicado en el Miami Herald, el columnista Andrés Oppenheimer evalúa las implicaciones de la nueva encuesta de Latino Decisions y concluye que “en lugar de ser una amenaza para Estados Unidos, ellos [los latinos] salvarán a Estados Unidos de Trump”.
Sin embargo, la reciente encuesta a los latinos también reveló que los problemas del Partido Republicano con esta comunidad son mucho más profundos que tan sólo Trump. Los problemas de la imagen se mantienen empeorando para este partido, como atestigua el hecho de que el principal contrincante de Trump por la nominación republicana, Ted Cruz, orgullosamente recibió el respaldo este fin de semana del ex gobernador de California, Pete Wilson. Con Cruz y Wilson haciendo campaña juntos en California, vale la pena recordar cómo el estado representa la moraleja para el Partido Republicano nacional en cómo las políticas antiinmigrantes pueden ayudar a acelerar las consecuencias electorales del cambio demográfico. A mediados de los 90, la infame Proposición 187 y las políticas antiinmigrantes del gobernador Pete Wilson ayudaron a hacer la imagen del Parido Republicano nociva para las filas de más rápido crecimiento en el estado de votantes latinos. Como resultado, California se transformó de un estado púrpura a uno azul, con Wilson aún conocido en algunos círculos de la comunidad latina como “El Diablo”. Como subraya el respaldo de Pete Wilson, Cruz no es moderado en inmigración y de hecho está delineando una visión migratoria que está a la derecha de la de Mitt Romney.
De acuerdo con Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice, “Donald Trump ha realizado la más explícita campaña presidencial nativista en la historia moderna de Estados Unidos. No deberíamos perder nuestra sorpresa colectiva o nuestra indignación al ver que el contendiente que encabeza la nominación republicana es un imán para líderes del KKK que están impulsando su visión de Estados Unidos. Y no, Ted Cruz no está realizando el mismo tipo de campaña abiertamente racista de Trump, pero su política inmigratoria de línea dura y el apoyo de Pete Wilson nos recuerda que la separación del Partido Republicano con los latinos es mucho más profunda que tan sólo Trump. El KKK y ‘El Diablo’ Pete Wilson no precisamente van a arreglar los problemas de los republicanos con los votantes latinos, con enormes implicaciones para 2016 y más adelante”.