La regla Hastert puso en jaque la reforma migratoria en la Cámara de Representantes. Se necesitan 118 votos republicanos para llevarla al pleno y sólo hay 60. Pese a ello, los defensores de la legalización de los 11 millones de indocumentados no se rinden y se preparan para nuevas batallas, esta semana, en el Congreso. El freno fue puesto a finales de junio por el presidente del Congreso, John Boehner (republicano de Ohio), quien anunció la norma de la “mayoría de la mayoría” para debatir cualquier iniciativa de ley. La decisión cambió el escenario dibujado por el Senado tras la aprobación de un plan que coloca a millones de indocumentados en el camino a la ciudadanía. Pero nadie, por ahora, da por perdido nada en el Congreso. La razón es simple: los votos demócratas que apoyan la reforma migratoria junto con los 60 votos republicanos suman más de 218, el número mínimo necesario para que la reforma migratoria se apruebe en la Cámara de Representantes.