El siguiente es un texto escrito por Gabe Ortiz, de America’s Voice, comparando el racismo y el fanatismo de Trump con el espíritu y la unidad de las Olimpiadas de 2016. Para ver el escrito original con fotos y video, entre aquí.
Los grupos que Donald Trump ha atacado desde que lanzó su campaña presidencial el año pasado han logrado victorias históricas para Estados Unidos en los Juegos Olímpicos.
Ibtihaj Muhammad, una atleta musulmano-estadounidense nacida en Nueva Jersey, hizo historia como la primera mujer del Equipo de EEUU en competir en una Olimpiada usando un hijab (velo islámico).
Ibtihaj y sus compañeros de equipo —incluyendo a Dagmara Wozniak, un inmigrante polaco-estadounidense— ganó el bronce para el equipo femenil de esgrima. Pero como hace notar The Guardian, la histórica victoria y posición de Ibtihaj durante la ofensiva temporada electoral para la presidencia trasciende por sí misma.
De acuerdo con The Guardian:
“Ninguna medalla estadounidense en estas Olimpiadas puede significar tanto como la de bronce alrededor del cuello de Muhammad y sus compañeras de equipo. No en este verano, no cuando un candidato presidencial dice que gente como ella no pertenece a este país y al parecer no sabe lo que realmente es un estadounidense. Entonces el sábado ella tomó la mano de su compañera de pelo morado, de Polonia, y de la nacida en Nueva York que fue a Penn State y las tres levantaron sus manos. Luego vieron cómo se izaba la bandera estadounidense”.
Donald Trump ha asegurado en repetidas ocasiones que Estados Unidos “ya no gana”, al tiempo que calumnia a mujeres, inmigrantes y gente de color. Pero son precisamente esos grupos lo que han sido responsables de ganar en grande para Estados Unidos en Río.
La semana pasada, Simone Manuel se convirtió en la primera afroamericana en ganar una medalla de oro para Estados Unidos en una competencia de nado individual. Las campeonas Gabby Douglas y Simone Biles, también afroamericanas, ganaron su tercera medalla de oro como integrantes del equipo de gimnasia de EEUU. Su compañera de 16 años, Laurie Hernández, nacida en Nueva Jersey, es de ascendencia puertorriqueña y también se llevó la medalla de oro.
En el lado masculino, inmigrantes forman parte de los equipos estadounideses de remo, equitación y basquetbol:
“Edward King es otro olímpico nacido en el extranjero, pero esta no es la primera vez que representa orgullosamente su patria adoptiva, pues aunque nació en Sudáfrica, ha sido un oficial de la Marina estadounidense desde 2011. King terminó en 10o. lugar esta semana como parte del equipo de remo.
“Phillip Dutton hizo un poco de historia Olímpica esta semana. El jinete nacido en Australia se convirtió en el estadounidense de mayor edad, a los 52 años, en ganar una medalla en las Olimpiadas al lograr el bronce en competencia individual, un deporte que combina tres diferentes habilidades para montar… Dutton había competido anteriormente en Olimpiadas para su país de origen antes de emigrar a Estados Unidos y convertirse en ciudadano de este país.
El basquetbolista nacido en Australia Kyrie Irving “decidió no participar por su país de nacimiento, a fin de ser elegible para competir por un lugar en el Equipo de EEUU”, según el Washington Post.
“Dicho esto, hay 554 estadounidenses compitiendo este año en las Olimpiadas de Verano, el contingente más grande que cualquier otro país”, según una nota. “Con 48 inmigrantes entre ellos, significa que 8.5 por ciento del Equipo de EEUU nació en otro país”.
Carlos Balderas Jr., un boxeador del Equipo de EEUU, es el primer miembro de su familia nacido en Estados Unidos. Su abuelo, un inmigrante mexicano, trabajó en los campos de fresa de California hasta que pudo ahorrar el suficiente dinero para reunirse con su familia en este país.
“El joven de 19 años, de Santa María, Calif., quiere traerse una medalla de oro de Río”, dice We Are Mitú. “No solamente para EEUU, sino para agradecer a su familia por todos los sacrificios que han hecho”.
Más del Washington Post:
“En un contexto político, las reacciones a la creciente diversidad de nuestro país, la perspectiva de un liderazgo femenino, la presencia de inmigrantes y las disputadas ideas sobre lo que constituye el éxito genuino se han aglutinado en un momento de insólita fealdad. Sin embargo, cuando nos medimos con otras naciones, vemos la belleza y la fuerza en la inclusión y la integridad.
“Al hablar durante un acto de campaña el jueves, Hillary Clinton echó mano del éxito del Equipo de EEUU para atacar a Trump, sugiriendo que si los atletas estadounidenses temieran al mundo exterior tanto como su contrincante, “Michael Phelps y Simone Biles estarían escondidos en el vestidor”.
Ella pudo hacer algo más sencillo. Como Río lo está demostrando claramente, las partes de la vida estadounidense que Trump quiere cambiar para “hacer de Estados Unidos algo grandioso otra vez” son algunas de las cosas que hacen grandioso a Estados Unidos tal como es.
Quizá el senador de Arizona Jeff Flake lo dijo mejor:
¿Ya no gana Estados Unidos? @Rio2016