A continuación compartimos una declaración de Frank Sharry, Director Ejecutivo de America’s Voice, en respuesta al discurso del Estado de la Unión del presidente Donald Trump:
El discurso del Estado de la Unión de esta noche por parte del presidente Trump mostró que él está más interesado en la división que siembra que en la unidad que forja. Este es un presidente abiertamente hostil a la mayoría de los estadounidenses y se preocupa solamente de su reducida base. El hecho de que sólo podía mirar a un lado del salón durante su discurso revela todo lo que se necesita saber sobre su esperada audiencia.
Su cantaleta inmigratoria fue especialmente horrible. Convocó a familias inmigrantes, agentes latinos y afligidos padres afroamericanos para promover una estrategia de deportación de inmigrantes hispanos y negros, además de reducir la inmigración de latinos y afroamericanos que llega legalmente en un 60%. Desvergonzado, repugnante y cínico.
En lugar de levantar la humanidad que comparten todos aquellos que aspiran a ser enteramente miembros plenos e igualitarios de la familia estadounidense, se mofó al decir que “los estadounidenses son soñadores también”, un golpe no demasiado sutil contra los jóvenes inmigrantes cuyas vidas fueron sumidas en una crisis provocada por su decisión de terminar DACA.
Finalmente, promovió la propuesta inmigratoria radical de la Casa Blanca. Redactada por Stephen Miller, el plan se aprovecha del precario estatus de los Dreamers –una crisis que él mismo provocó– y cínicamente los utiliza para impulsar una restructuración radical de nuestro sistema legal de inmigración que se remonta a los orígenes de las políticas racistas de los años 20. Lejos de un compromiso que pueda ser aprobado, es una propuesta profundamente partidista que, afortunadamente, está muerta de antemano. Desafortunadamente, hace más difícil promulgar una legislación que proteja a los Dreamers, que un 87% de los estadounidenses favorece.
Este no es un presidente para todos los estadounidenses. Es un mandatario que divide, denigra y deshumaniza con base en una visión del mundo en la que algunos son merecedores y la mayoría no. Esto no podría ser más antiestadounidense.
Nuestra nación se basa no en la raza, credo o lugar de nacimiento, sino en ideas compartidas y en ideales. Para darse cuenta del potencial de Estados Unidos, esas ideas e ideales deben ser respetadas, alimentadas y llevadas a cabo en la práctica. Esta noche, nuestra nación fue mancillada por un hombre que se exalta a sí mismo a expensas del experimento estadounidense. Corresponde a la gente de buena voluntad y de conciencia hacerle frente a él y a quienes en su partido lo respaldan, de tal modo que podamos vivir para ver un día más brillante en la nación que amamos.