Los crecientes ataques republicanos y conservadores contra Kamala Harris revelan las opiniones contrapuestas que existen sobre Estados Unidos.
Desde cuestionar la legitimidad de Harris como candidata, con base en una lunática interpretación de la Enmienda 14 —como el experto legal conservador John Eastman intentó hacer—, hasta añadir sexismo y misoginia al actual racismo y xenofobia, una serie de ataques republicanos y conservadores nos recuerdan que para los derechistas trumpianos el verdadero Estados Unidos está hecho para los hombres blancos cristianos, y todos los demás son el “otro” no calificado.
De acuerdo con Mario Carrillo, director de campañas de America’s Voice en Texas:
Lo que se está configurando para este noviembre es un choque de las dos visiones de Estados Unidos: una que abraza nuestra diversidad, frente a la del nacionalismo de sangre y suelo. Los republicanos y conservadores piensan que pueden decidir lo que significa ser estadounidense y quién de entre los nativos califica. No importa tu estaus de ciudadano, ni tu lugar de nacimiento; ellos piensan que nunca serás lo suficientemente ‘estadounidense’. Si naciste en este país, ¿es suficiente? Si eres un ciudadano naturalizado, ¿es suficiente? ¿Qué tanto puedes hurgar en el pasado de tu árbol genealógico para ‘pasar’ la prueba de fuego de lo que significa ‘ser estadounidense’? ¿Debes profesar cierta religión con el fin de ser estadounidense? Somos una nación de ideales compartidos y nuestra mayoría multirracial es una fortaleza, pero los republicanos aprovechan cualquier oportunidad para demonizar a cualquiera que ellos definan como el ‘otro’.
El haber sido seleccionada Kamala Harris para unirse a la fórmula demócrata es un signo de la cambiante realidad que inevitablemente está reconfigurando el panorama político estadounidense. Durante mucho tiempo, los inmigrantes, la gente de color, la comunidad LGBTQ, las personas con discapacidades y las mujeres han sido marginados y excluidos de las más altas posiciones del poder político, y los republicanos quisieran mantener las cosas de esa manera. De lo que Trump y la gente como él no se dan cuenta es que esta ola de cambio es inevitable.
El país es más fuerte cuando estamos unidos en torno a nuestros más preciados valores, y los ataques xenófobos y racistas que han caracterizado la presidencia de Trump no tienen lugar en nuestro futuro. A pesar de sus mejores esfuerzos por demostrar lo contrario, Trump y su base no tienen el monopolio sobre lo que define lo que es ser estadounidense. Consistencia de carácter, compromiso con la comunidad y la lucha por los más vulnerables son elementos irrevocables de lo que somos.