MIAMI – Para muchos, el triunfador de la primaria del Estado del Sol prácticamente se asegura la nominación presidencial republicana y contrario a cuatro años atrás, Mitt Romney, el candidato improbable, se alzó en Florida en su ruta a la coronación como el rival del presidente Barack Obama en noviembre.
Su triunfo en Florida también oficializa en cierto modo la lucha por el voto latino a nivel nacional aunque todavía queda un trecho que recorrer en el proceso primarista.
Y aunque algunos republicanos entienden que necesitan ajustar su mensaje migratorio para poder ser competitivos en la búsqueda del voto latino en una elección general, otros, como el propio Romney, siguen promoviendo posturas de línea dura en el tema.
En Florida el asunto migratorio no fue preponderante en una primaria interna republicana donde el voto central fue cubano y cubanoamericano, sobre todo el concentrado en el condado de Miami-Dade en el Sur del Estado.
Romney logró 54% del voto latino que votó en las primarias republicanas, según las encuestas a boca de urna.
Pero el porcentaje no debe interpretarse como indicativo de que el voto latino nacional esté garantizado para Romney.
En 2008, Romney perdió la primaria en Florida ante John McCain, quien obtuvo un alto porcentaje del voto latino, se convirtió en el nominado, pero en la elección general perdió Florida ante Obama y sólo obtuvo 31% del voto latino nacional, esto tras alejarse de su propuesta de reforma migratoria y de promover medidas de línea dura.
Romney se impuso en Florida de la mano de figuras cubanoamericanas republicanas como los hermanos Díaz-Balart, Mario y Lincoln, congresista y ex congresista, respectivamente, y de Ileana Ros-Lehtinen, defensores, promotores y autores de proyectos de reforma migratoria y de DREAM Act, ambos temas desechados por Romney quien promueve políticas de autodeportación y sólo apoya el componente militar del DREAM Act.
Argumentando que la economía es el tema central de este ciclo electoral, algunos creen erróneamente que el tema de la inmigración no jugará un papel en la elección de noviembre y que no incidirá en cómo y por quién voten los latinos en noviembre.
Pero la campaña de Romney cometería un error al pensar que su triunfo en Florida con el apoyo del voto cubano y cubanoamericano garantiza que el voto latino nacional esté de su lado, sobre todo sin alterar sus posturas migratorias.