Lo esencial es nunca rendirse
Susana Acevedo nació en la ciudad de Nueva York de padres dominicanos. A sus 12 años de edad emigró a la República Dominicana donde finalizó sus estudios secundarios e ingresó a la universidad en la ciudad de San
Francisco de Macorís, donde obtuvo su licenciatura en Administración de Empresas.
Susana siempre ha tenido un espíritu emprendedor y un amplio sentido de la responsabilidad, inculcado por sus padres que han sido personas luchadoras toda su vida. Luego de su graduación universitaria se convirtió en madre de una niña que ha sido una bendición para su vida. En el año 2010, cuando su hija alcanzó la edad para entrar a la universidad, decidieron regresar a los Estados Unidos en busca de mejores oportunidades a nivel educativo y profesional.
Este cambio de residencia por fortuna no solo fue favorable para su hija, sino que en el caso de Susana le cambió su vida totalmente. Al llegar a la Florida comenzó a asistir a la iglesia y allí dice haber tenido “un encuentro con Dios” y aceptó a “Jesús como su Señor y Salvador”. Esto, añade, ha transformado su vida “de forma maravillosa”.
Más tarde, en 2013, comenzó una maestría en Salud Mental, obtuvo su título y descubrió que esa era su vocación y su llamado. Ese mismo año, después de haber sido madre soltera por 19 años, conoció a su esposo con el que tiene cinco años de feliz unión matrimonial. Actualmente ambos lideran un ministerio para matrimonios dirigido a la comunidad latina de su iglesia y están cursando un Diplomado en Teología en “Voice to the Nation”.
Susana asegura que su llamado como terapeuta es ayudar a los demás a aceptarse a sí mismos como ellos son y también a animar a las personas a nunca rendirse. Concluye con la afirmación siguiente: “Necesitamos valorar y celebrar las cosas pequeñas en nuestras vidas, sonreír más, apreciar más todo lo que tenemos y aprender a dar gracias por todo lo que Dios nos ha dado”.
Susana es un ejemplo de perseverancia, con su vida nos muestra que nunca es tarde para alcanzar nuestros sueños y que los unicos muros que existen son aquellos que creamos en nuestra mente.