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El envalentonado movimiento antiinmigrante, idéntico al Partido Republicano, deja al descubierto una agenda radical

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Vanessa Cárdenas: “El Partido Republicano y el amplio movimiento conservador no esconden lo que son, ni hacia dónde quieren llevar a Estados Unidos. Este es el Partido Republicano de hoy, con todo su nativismo al descubierto que le da impulso”

Washington, DC – El Partido Republicano y sus principales aliados antiinmigrantes no esconden lo que son, ni lo que quieren. Una agenda radical, puesta al descubierto, con rabiosas políticas antiinmigrantes, es parte inextricable de su amplio proyecto contra las mayorías.

Una sórdida combinación de grupos de odio, polémicos exfuncionarios de Trump y líderes nativistas de toda la vida están estableciendo la agenda. Hace poco enviaron una carta a los republicanos del Congreso para exponer lo que ese cuerpo legislativo debería hacer si los republicanos logran el control de ambas cámaras. Tras esa desequilibrada introducción, piden a los republicanos “legislar inmediatamente con resolución” después de las elecciones intermedias, proponiendo una lista de deseos con medidas verdaderamente radicales y antiinmigrantes.

Las ideas de política antiinmigrante en la carta: terminar el costoso y fallido muro fronterizo de Trump; excluir “la amnistía de todo tipo” (hay que tener en cuenta que el 70% del pueblo estadounidense aún apoya la ciudadanía para inmigrantes indocumentados); descalificar del asilo a quienes viajen por terceros países (esencialmente convirtiendo a mexicanos y canadienses en los únicos grupos elegibles considerados para el asilo); dar poder a estados para hacer cumplir agresivamente las leyes federales de inmigración; reglamentar la política de Quédate en México; terminar con los límites de detención de familias; y prohibir prioridades de inmigración de sentido común que indican que los arrestos y deportaciones de ICE deben enfocarse en primer lugar en quienes representan una amenaza a la seguridad pública. 

Es difícil distinguir a esos radicales de la corriente principal del actual Partido Republicano. Los principales elementos de la agenda radical se hacen eco de la sección de inmigración del plan político dado a conocer por el senador Rick Scott (R-FL), presidente del Comité Nacional Republicano del Senado (NRSC). Hay que hacer notar que entre los firmantes de la carta están los principales promotores de la teoría conspiratoria nacionalista blanca de la “invasión”, tales como Ken Cuccinelli y Tom Homan, al mismo tiempo que el Partido Republicano y sus aliados han lanzado más de 100 diferentes candidatos republicanos, comités y anuncios de Comité de Acción Política (PAC), que utilizaron la retórica de la “invasión” el año pasado, entre otros del senador Rick Scott y la tercera en rango de los republicanos de la Cámara, Elise Stefanik (R-NY). Hay que tomar en cuenta también que los gobernadores republicanos, como el de Texas, Greg Abbott, ya están implementando su propia versión de la aplicación de la ley migratoria impulsada por el estado, como parte de su implacable nativismo como arma política. Y finalmente, hay que ver que los republicanos del Congreso ya se están uniendo en torno a una legislación que virtualmente ponga fin al sistema de asilo como lo conocemos.   

A continuación compartimos un comunicado de Vanessa Cárdenas, subdirectora de America’s Voice:

El Partido Republicano y el amplio movimiento conservador no esconden lo que son, ni hacia dónde quieren llevar a Estados Unidos. Este es el Partido Republicano de hoy, con todo su nativismo al descubierto que le da impulso. Un envalentonado Partido Republicano va a apostar todo en su agenda extremista, que incluye intentos de echar a inmigrantes, dar la espalda a refugiados, revertir los derechos de las mujeres, limitar el acceso a las urnas electorales, y en general regresar a una época en la que la democracia y los derechos en Estados Unidos estaban limitados en su mayoría para blancos, cristianos y hombres heretosexuales.    

Los demócratas necesitan despertar ante lo que se enfrentan (y con quiénes están dispuestos a asociarse). El extremismo republicano ya no se esconde, está descaradamente al descubierto, apostando a lo peor de nuestros temores. Depende de nosotros recordarles que ellos no están en sintonía con la mayoría de los estadounidenses. Por su parte, los demócratas necesitan dejar de dudar y evitar confusiones que ayuden a las desequilibradas creencias del Partido Republicano. Además, necesitan definir claramente el radicalismo y el impulso antidemocrático respecto de lo que el Partido Republicano está proponiendo abiertamente.