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Un Asunto de Conciencia – Testimonios

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24/03/09 a 3:23pm

La gira “Familias Unidas” que encabeza por el país el congresista demócrata de Illinois, Luis Gutiérrez, atrae a miles de inmigrantes, legales e indocumentados, y ciudadanos estadounidenses, irónicamente unidos por la división familiar provocada por la falta de una reforma migratoria integral y las deportaciones.

Estos son algunos de los testimonios recabados el pasado sábado 21 de marzo en la Parroquia Our Lady of Mercy en Chicago, una de las escalas de la gira de Gutiérrez.

EN LA IGLESIA, VOCES QUE CLAMAN POR LA REFORMA

Katherine, de cuatro años de edad y ciudadana, y su madre indocumentada, María O.

“Quiero que mi familia se quede conmigo, y mi hermana también”, nos dijo Katherine de apenas cuatro años, nacida en Estados Unidos de madre indocumentada y padre estadounidense. Pero su padre murió hace dos años y María quedó en un limbo legal.

“Llegué hace nueve años. Mi esposo murió y mi caso se perdió. Mi mayor preocupación es que me agarren y me deporten. No tengo más familia aquí, soy madre soltera. ¿Qué será de mis hijas”, dice refiriéndose a su hija adoptiva mayor, que tampoco tiene documentos.

LAS TRES GENERACIONES

María Magdalena, Elizabeth y Dulce, abuela, hija y nieta, respectivamente. Sólo la nieta, Dulce, es ciudadana.

María Magdalena, la abuela, es indocumentada como su hija Elizabeth. Sus nietos son ciudadanos. “El gobierno dice que que si deportan a un padre éste se puede llevar a su hijo a su país, pero estamos hablando de niños ciudadanos que terminarían en otros países pasando necesidades y eso está mal”, dice María Magdalena. “Mis nietos viven con el temor de que le pase algo a su mamá. Espero, primero Dios, que el presidente Obama haga algo. Ya dio un primer paso y espero que no nos abandone. Mi mensaje para Obama es que no abandone a los padres separados de su familia porque es muy triste dejar a los hijos aquí nomás porque son hijos del gobierno”.

Dulce, su nieta, es una niña de 13 años con una mirada dulce, como su nombre, que no puede ocultar su tristeza: “Constantemente tengo mucho miedo de que me la vayan a quitar (a su mamá). A veces cuando estoy en la escuela sólo estoy pensando que un día venga la inmigración y que yo no encuentre a mi mama en la casa”, dice Dulce con los ojos llorosos. “Tengo dos hermanos también nacidos aquí”. “Mi mensaje para el presidente Obama es que por favor trate de parar que se lleven a las familias para que estén juntas y vivan felices para siempre”.

Elizabeth, madre de Dulce, hija de María Magdalena: “Mi mayor temor es que cualquier día llegue migración y que yo me tenga que ir de este país y dejar a mis hijos. Sería muy doloroso porque yo he sido todo para ellos: soy madre soltera, trabajo para ellos en un trabajo honrado y decente y sólo quiero lo mejor para mis hijos. Me afecta muchísimo porque sólo vivo pensando en el mañana y en qué sería de mis hijos sin mí. A los políticos que dicen que si a uno lo deportan pues que se lleve a sus hijos aunque sean ciudadanos de aquí, les digo que se pongan la mano en el corazón. Mi mensaje para Obama es que haga lo posible por lograr la reforma migratoria porque lo único que queremos es trabajar y dar lo mejor de nosotros a este país”.

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Alejandro, un joven que vino de México y no tiene familia acá: “Tengo ocho años sin familia. Trabajo para una compañía de limpieza que me asignó a trabajar en una Iglesia que está en un barrio republicano. A pesar de que no comparto sus ideales, me he topado con gente generosa, buena que desgraciadamente tiene una opinión mala acerca de los inmigrantes, pero cuando nos acercamos a ellos y les explicamos, ellos logran entender. Mi primer paso fue aprender el idioma y acercarme a ellos y me ha servido no sólo para compartir información y pedirle que envíen cartas y correos electrónicos a sus congresistas. Desgraciadamente ellos tienen una imagen profundamente negativa del hispano inmigrante, pero es mala información. Tengo muchísima confianza en que antes de que Obama finalice el primer término pueda impulsar la reforma. A Rahm Emanuel (Jefe de Gabinete de Obama) me gustaría decirle que el presidente Obama no va a arriesgar ningún capital político (por impulsar la reforma) porque la gente que se opone a la reforma de todos modos no votó por él”.

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Dos ciudadanas

Omaira Mahé, colombiana, es ciudadana, pero el drama de una deportación resultó, dice, en el sucidio de un familiar. “Primero, deportaron al esposo de mi cuñada..Después deportaron a su hijo, y al esposo de mi sobrina lo deportaron de aquí de Chicago a Colombia. Y el esposo de mi sobrina debido a esa situación se suicidó hace como un mes y medio allá en Colombia. Esto nos ha golpeado duro y ahora tememos por mi sobrino deportado”.Como ciudadana voté por Obama y espero que se logre el cambio que necesitamos los inmigrantes porque mi situación es como la de otros ciudadanos. Le pido al señor presidente que nos ayude, que se le ablande su corazón, aunque sé que tiene un corazón muy blando”.

María, ciudadana

“Este problema no afecta nada más a los ilegales sino que todos de una forma u otra estamos sufriendo las consecuencias. Mi sobrina fue deportada y sus hijos se quedaron aquí. Espero que el presidente vea esta situación de mucho dolor y necesidad. Los inmigrantes venimos a ayudar a este país para que progrese. Espero que Obama tome conciencia de eso y espero que sí lo haga”.

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Angelina, indocumentada, y sus hijos también:

“Día a día es el miedo, la incertidumbre, a qué hora agarran a mis hijos o a nosotros, se los llevan a ellos y sus hijos se quedan aquí. Pero como dicen mis hijos, aquí trabajamos un día para comer toda la semana, pero si nos vamos a México trabajamos toda la semana o todo un mes para comer un día. Pero confío en Obama..Yo no sé mucho de política, pero creo y confío”.