A poco más de tres meses de las elecciones generales, la campaña del aspirante presidencial republicano, Donald Trump, anunció una gira para atraer el voto latino. Pero la pregunta obligada es si después de sus insultos contra los inmigrantes y los hispanos y de la atmósfera poco incluyente que ha caracterizado a la Convención Nacional Republicana en esta ciudad, ya es irremediablemente tarde para que Trump atraiga el sufragio hispano.
En un foro de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO), Arturo Vargas, director ejecutivo de la organización, dio un consejo a ambos partidos políticos: “No asumir que los latinos no votarán por ti por tu afiliación política y no asumir que los latinos votarán por ti por tu afiliación política”.
En juego están los 13.1 millones de hispanos que se espera acudan a las urnas el 8 de noviembre, un alza de casi 9% del segmento electoral hispano con respecto a 2012 y un incremento de 17% de participación con respecto a 2012.
Claro está, los 13 millones son poco menos de la mitad de los 27.3 millones de hispanos elegibles para votar, lo que constituye el reto de NALEO y de otros grupos para lograr que se registren y voten. Entre 2012 y 2016 se han sumado cuatro millones de latinos elegibles: 3.2 millones de esos son estadounidenses de origen hispano que cumplieron los 18 años de edad, 1.2 millones que se hicieron ciudadanos, y 130 mil puertorriqueños que han migrado a este país.
Un 53% de los votantes latinos se concentran en tres estados: California, Nueva York y Texas, pero también en estados oscilantes y en otros donde a pesar de no constituir un alto porcentaje, pueden marcar la diferencia en una elección cerrada.
Hasta el momento el republicano Trump actúa como si sólo necesitara votantes anglosajones para ganar la Casa Blanca.
Daniel Garza, director ejecutivo de la conservadora Iniciativa LIBRE, lo ve de esta manera:
“Hasta hoy la campaña de Donald Trump no ha tenido acercamiento con la comunidad latina y la única persona haciendo ese acercamiento ha sido (la aspirante presidencial demócrata) Hillary Clinton. Trump se ha dejado definir por Clinton. Es hora de que Trump tenga un acercamiento proactivo con la comunidad latina”, dijo Garza.
“Es tarde, pero todavía (Trump) está a tiempo porque hay una probabilidad de que sea nuestro presidente y la comunidad latina tiene que saber de primera mano quién es Trump; que salga por Univisión, por Telemundo, por todas las plataformas de medios en español. ¿Dónde está Donald Trump?”, cuestionó Garza.
Hay quienes opinan que Trump ya se definió perfectamente ante los latinos. La más reciente encuesta de Univisión concluye que 72% de los votantes hispanos cree que Trump es racista.
Luis Fortuño, exgobernador de Puerto Rico, otro líder republicano y delegado del senador Marco Rubio, acepta que la ruta republicana con los hispanos es difícil, pero no imposible.
“Todavía (Trump) no me ha convencido, a ver qué pasa. Tenemos una situación bien difícil entre dos candidatos con índices de desfavorabilidad altísimos y no es lo mejor que quisiéramos tener Todos los electores estamos en una situación sumamente complicada”, declaró el exgobernador.
Fortuño, como otros líderes hispanos republicanos que han asistido a esta convención, hacen malabares al responder preguntas sobre Trump y el voto latino.
Pero serán esos votantes latinos los que tengan la última palabra. ¿Será realmente tarde para Trump?
Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice.