14/10/09 a 11:12am por Columnista Invitado
Por Eliseo Medina
La semana pasada, en otro intento más por marginar a los inmigrantes de EEUU e inyectar odio en la política, el senador David Vitter, republicano de Louisiana, presentó una enmienda al proyecto de Asignación de fondos de Comercio, Justicia y Ciencia que obligaría al Censo 2010 a incluir preguntas sobre la situación migratoria de los participantes. De aprobarse, la enmienda Vitter desbarataría el censo haciéndolo sin duda poco fidedigno como documento único que se supone presente nuestra imagen como nación.
¿Qué persigue la enmienda Vitter?
Los legisladores anti inmigrantes como Vitter están dispuestos a comprometer la precisión del censo en su esfuerzo obsesivo de inyectar una agenda anti inmigrante en todo ámbito imaginable de la vida pública. Pero las verdaderas ramificaciones políticas son innumerables. De aprobarse, detendría en seco el Censo 2010, evitando que los formularios se enviasen por correo durante la primavera y desperdiciando los más de 7,000 mil millones de dólares en investigación, planificación y preparación que ya se han gastado. Además, desalentaría a millones de inmigrantes de participar en el censo costándole potencialmente cientos de miles de millones de dólares en fondos no recibidos a las comunidades locales, y disminuyendo el poder político de estados con grandes poblaciones inmigrantes como Texas, Arizona, California, Nuevo México, Florida y Nevada.
Pero el verdadero daño de la enmienda Vitter va más allá de su costo inmediato a los contribuyentes y su impacto en las comunidades inmigrantes de EEUU. De promulgarse, socavaría completamente una institución consagrada por nuestra Constitución.
El censo de Estados Unidos, que se realiza cada 10 años, determina la redistribución de distritos electorales. También decide la asignación de más de 400,000 millones de dólares anuales de fondos federales a la comunidad, para programas como Medicaid, registro de electores, SCHIP, cuidado infantil, cuidado infantil temprano, almuerzos escolares, y otros servicios vitales. Valiosa herramienta para los negocios, los gobiernos y el sector independiente, el censo sirve de fuente fundamental de información sobre la composición demográfica del país, lo que a su vez guía los proyectos de investigación privada y pública que influyen en una amplia gama de decisiones sociales y de política.
Un conteo poblacional deficiente tendría enormes repercusiones que podrían ser devastadoras para las comunidades durante la próxima década. Esto no es inteligente.
Seamos sinceros. Cada diez años somos testigos de la misma politización masiva del censo y de las mismas mentiras e insinuaciones de aquellos que se preocupan de que la nueva historia que contemos sobre Estados Unidos los despoje de su poder. Esto es parte de lo que estamos viendo ahora con la enmienda del senador Vitter. Y es lo que estamos viendo en otros ámbitos como los constantes ataques y falsas acusaciones de expertos de la derecha como Glenn Beck. Hoy en día en Estados Unidos no debe haber cabida para este tipo de discurso fanático de odio, especialmente en los pasillos del Congreso. Estados Unidos no necesita fanáticos; necesitamos reformistas inteligentes y pragmáticos que resuelvan los desafíos más críticos que enfrenta nuestra nación.
Con el fin de obtener cuentas exactas y defender la Constitución de EEUU, el conteo poblacional debe apartarse de la pequeñez de la política de división. Por eso SEIU insta a los senadores a que voten en contra de los esfuerzos del Senador Vitter de envenenar el Censo del 2010 y revertir el avance de nuestra nación. Un conteo preciso es importantísimo para reconocer la verdadera diversidad de nuestra nación y construir un mejor futuro para todos.
Probablemente el Senado vote hoy sobre la enmienda Vitter para sesgar el censo. ¡Actúe ahora! Dígale a su Senador que vote NO a la Enmienda del Senado 2644.
Eliseo Medina es Vicepresidente Ejecutivo Internacional de SEIU