El periodista y autor Jorge Ramos se siente como un extraño, sensación que quizá compartan millones de inmigrantes como él, muchos naturalizados como él, o incluso ciudadanos por nacimiento que resienten la atmósfera prejuiciosa que marca la presidencia de Donald J. Trump.
En los 35 años que lleva viviendo en Estados Unidos, Ramos dice que nunca se había sentido de este modo, situación que aborda en su más reciente libro, titulado Stranger: El desafío de un inmigrante latino en la era de Trump.
“Este será recordado como uno de los momentos más tristes en la historia moderna de Estados Unidos”, señaló el presentador del Noticiero Univision a America’s Voice en entrevista telefónica.
“Cuando un candidato a la presidencia que luego se convierte en presidente te dice ‘Go back to Univision’, que en realidad lo que me estaba diciendo es ‘Go back to Mexico’, ‘lárgate a tu país’, y cuando te expulsan de una conferencia de prensa con un guardaespaldas al igual que lo hizo Fidel Castro, y cuando alguien te dice lárgate de mi país y recibo cientos o quizás muchos más ataques en las redes sociales solo por ser inmigrante, es por eso que me siento como un extraño. Y para el libro escogimos la palabra ‘stranger’ porque en español significa las dos cosas: extraño y extranjero”, agregó.
“No me debería sentir así. Llevo 35 años viviendo aquí, mis dos hijos nacieron en Estados Unidos, donde he podido ejercer mi profesión de periodismo con plena libertad. He tenido todas las oportunidades que en mi país de origen no pude y estoy muy agradecido, pero al mismo tiempo creo que estamos, yo estoy viviendo el momento más antiinmigrante desde que yo llegué a este país en 1983”, continuó.
Ramos no está solo. Trump ha emprendido una guerra sin cuartel contra los inmigrantes y las minorías no solo con su incendiaria retórica, sino con su política pública y propuestas legislativas.
Para Ramos hubo muchas señales que apuntaban al ascenso de Trump y que no fueron tomadas en serio.
“Creo que no vimos el enorme resentimiento que estaba creciendo en Estados Unidos. Pero lo peor es que culparon de los principales problemas del país a los inmigrantes y ellos no eran los responsables”, indica Ramos.
“Siempre tomé muy en serio a Donald Trump. Cuando lanza su candidatura en 2015 dijimos ‘eso es racismo’”, indicó Ramos sobre el ataque de Trump a mexicanos e inmigrantes cuando anunció que buscaría la nominación republicana. “Y no nos hicieron caso, dijeron ‘los latinos son muy sensibles, no entienden la política, no entienden que Trump es Trump’. Me expulsan de la rueda de prensa y decimos, esto es un ataque a la libertad de expresión, a la primera enmienda, y nos dicen lo mismo, ‘tú quisiste pasarte de protagonista, eres un activista. Trump es solo un candidato y no va a tener ninguna posibilidad’”, continuó Ramos.
“Cuando la gente se dio cuenta de a quién habían elegido y cuando (como presidente) hizo sus comentarios, los más racistas que ha hecho, sobre los haitianos y nacionales africanos, de que venían de ‘shithole countries’, ya era demasiado tarde”, agregó.
Para Ramos el ascenso de Trump es atribuible, en parte, a que la decepción de los votantes latinos hizo que de los 27 millones de hispanos elegibles para votar en las elecciones de 2016, 14 millones se quedaran en casa.
Hubo razones, explica.
“(El ex presidente) Barack Obama le dejó un legado mixto a los latinos. Siempre apoyó una reforma migratoria y ha sido una inspiración para los jóvenes. La lección es que si él pudo, nuestros jóvenes pueden. Pero al mismo tiempo no presentó una reforma migratoria en el 2009, antes de que se enfermara el senador Ted Kennedy, y cuando controlaba la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso. Es una promesa que no cumplió. Y luego deportó a 2.5 millones, más que cualquier otro presidente. Creo que eso, en parte, explica por qué 14 millones de latinos no salieron a votar en las elecciones (de 2016), porque ante la opción de votar por un partido que les había fallado y votar por Donald Trump, decidieron quedarse en casa y eso es tristísimo”, afirmó Ramos.
Pese al oscuro panorama actual, Ramos enfatiza que no hay que cruzarse de brazos.
“Lo primero es decir No. La palabra No es la más poderosa en cualquier lenguaje. No podemos normalizar a Donald Trump. No es un presidente normal”, dijo Ramos.
“Lo segundo es resistir. Donald Trump no va a durar para siempre. El Estados Unidos que va a prevalecer no es el de Donald Trump. En el 2044 todos los grupos étnicos de Estados Unidos seremos minoría”, añadió.
“Y lo tercero es hacer muchas preguntas”, dijo.
“Quiero que cuando mis hijos me pregunten qué hiciste, pueda responderles: no me dejé, no me callé y me enfrenté a Trump”, indicó.
“Quizá por ser inmigrante soy profundamente optimista sobre el futuro de Estados Unidos. Si el futuro de los Estados Unidos depende de los Dreamers, de los jóvenes sobrevivientes de la masacre de Parkland, Florida, y de la generación de mis hijos, estamos en muy buenas manos”, continuó.
“Los jóvenes están tomando el liderazgo en temas de inmigración y control de armas de formas extraordinarias. No están pidiendo un cambio. Están exigiendo un cambio y, al final, no importa lo que haga Donald Trump, no va a poder revertir el increíble cambio demográfico que estamos viviendo”, dijo Ramos.
“Donald Trump tiene una idea nostálgica de Estados Unidos. Él quisiera regresarnos a 1965 cuando casi el 85% de la gente era blanca. Pero eso es absolutamente imposible. En el 2044 todos vamos a ser minorías a pesar de Donald Trump y a pesar de lo que él quisiera”, concluyó Ramos.
Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice