30/06/09 a 2:50pm por Maribel Hastings
El 25 de junio los grupos pro inmigrantes escucharon lo que esperaban: una declaración inequívoca del presidente Barack Obama afirmando que la Casa Blanca está totalmente comprometida con promover una reforma migratoria integral comenzando este año pese a la falta de consenso en algunos puntos.
La declaración de Obama inicia una carrera de relevo con el objetivo de acumular un mínimo de 218 votos en la Cámara Baja y 60 en el Senado para concretar la reforma.
Convencer a los legisladores que titubean (en ambos partidos) es una tarea que va desde el nivel local en los estados y distritos de los legisladores, hasta los pasillos del Congreso. Conlleva movilizar a los sectores interesados que a su vez influencian a esos legisladores, y movilizar a los votantes que tienen intereses directos o indirectos en concretar la reforma.
También conlleva neutralizar pronta y efectivamente a los opositores de la reforma amplia que en pasados años prevalecieron pese a no superar en cifras a los promotores de esa reforma.
Douglas Rivlin, director de comunicaciones del Foro Nacional de Inmigración, dijo a America’s Voice que “lo positivo es que nuestro conteo de votos nos dice que estamos cerca” de la meta.
Repetidamente la Casa Blanca ha dicho que requiere 20 votos republicanos en la Cámara Baja (quizá más para ir a la segura), y 10 o más votos republicanos en el Senado.
Mientras el Congreso y la Casa Blanca se enfrascan en la batalla por las reformas de salud y de energía, los grupos pro inmigrantes van preparando el terreno para la lucha por la reforma migratoria, que según los líderes del Congreso en ambas cámaras, sería la tercera de las prioridades legislativas este año.
La campaña nacional Reforma Migratoria Pro América ya está enfrascada en el proceso de movilizar a los diversos sectores y actores del proceso de presión.
Habrá supervisores regionales y directores estatales. Se seleccionarán estados clave, y dentro de los estados, distritos clave.
“El papel de los organizadores estatales es trabajar con los grupos locales, integrar coaliciones y buscar aliados donde todavía no los tengamos”, explicó Rivlin.
Es decir, hay varios grupos de legisladores: los que apoyan sólidamente la reforma; los que se oponen vehementemente a la reforma y no hay forma de convencerlos; y está el sector indeciso o renuente, que hay que convencer porque su voto puede hacer toda la diferencia.
En total, dijo Rivlin, se centrarán en aproximadamente 41 estados en las próximas semanas.
Los objetivos son movilizar a los sectores interesados: laboral, sindical, empresarial, grupos religiosos, representantes de agencias policiales.
La reunión del jueves dejó en claro que persisten divisiones entre algunos de esos sectores. Los sindicatos presentaron semanas atrás un frente unido en favor de una comisión que regule los futuros flujos de trabajadores, pero los empresarios favorecen un mejorado programa de trabajadores temporales. De hecho, el senador republicano de Arizona, John McCain, advirtió que sin un plan de trabajadores temporales no habrá reforma.
Pero Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice, cree que “hay un acuerdo amplio sobre el concepto de regular los futuros flujos, y lo que hace falta es el mecanismo para lograrlo”.
Las diferencias actuales, agregó Sharry, “serán objeto de arduas pero productivas negociaciones” porque finalmente a todos los sectores los une el objetivo central: conseguir la reforma.
Asimismo, hay que canalizar el apoyo del público, de los votantes y de la comunidad inmigrante que también ejercen presión sobre los legisladores.
“Las próximas semanas y meses son vitales y el público tiene que involucrarse. Necesitamos que visiten nuestra página web reformamigratoriaproamerica.org, que se registren para recibir informes para cuando necesitemos que participen en las campañas de llamadas y faxes al Congreso y la Casa Blanca. Necesitamos que se involucren en la campaña de los mensajes de texto JUSTICIA marcando al 69866”, declaró Rivlin.
Los medios de comunicación, particularmente étnicos, jugarán un papel central en el proceso, así como los nuevos medios (sobre todo los blogs), y las redes sociales cibernéticas.
En batallas previas, los grupos antiinmigrantes superaron en recursos y organización a los grupos pro inmigrantes. Rivlin reconoce que la lucha por mayores recursos está en proceso, sobre todo para publicidad pagada, pues es de anticipar que los antiinmigrantes comiencen una agresiva campaña publicitaria tan pronto vean señales de acción en el Congreso.
“En julio, agosto y camino a septiembre, cuando anticipamos movimiento en el Congreso, tenemos que mantener la presión para que la reforma figure en la agenda y para que el Congreso entienda que tiene que enfrentar este asunto que no puede aguardar por otra elección”, concluyó Rivlin.