05/08/09 a 12:37pm por Maribel Hastings
Comentario:
La Cámara Baja está en receso, pero sigue dando de qué hablar la respuesta de la presidenta de ese organismo, Nancy Pelosi, a una pregunta de la prensa sobre la oposición del sector progresista a un plan de reforma de salud por considerar que el liderazgo de la mayoría cedió demasiado terreno a las exigencias de los demócratas conservadores y centristas.
Pelosi respondió: “¿Me está preguntando si los progresistas derrotarán un cuidado médico universal y de calidad para todos los estadounidenses? De ninguna manera”, y según algunos reportes, se rió al decirlo, aunque otros reportes dicen que su comentario generó risas.
Su oficina aclara que Pelosi sí toma en serio las preocupaciones de los diversos sectores demócratas. (Más adelante en esta nota explico qué tiene que ver todo ésto con la reforma migratoria).
El comentario de Pelosi provocó que el Caucus Progresista le enviara ayer una carta a la presidenta cameral advirtiéndole que el apoyo de este bloque al plan de reforma de salud depende de que se atiendan sus exigencias.
Ese mismo grupo recabó 60 firmas de diversos caucus camerales -incluyendo la bancada latina-, oponiéndose al lenguaje de un plan de reforma de salud aprobado por el panel de Energía y Comercio, resultado de un acuerdo entre el liderazgo, los demócratas conservadores y centristas conocidos como Blue Dogs, y algunos progresistas del panel.
Hago la historia de Pelosi y los progresistas para ejemplificar cómo los líderes del Congreso, en este caso el liderazgo cameral demócrata, muchas veces parecen no tomar en serio las amenazas que le formulen algunos sectores de su mismo partido Demócrata, y por qué no los toman en serio.
En este caso los progresistas hicieron mucho ruido, pero según la publicación The Hill aparentemente hubo pocas nueces porque citan al congresista demócrata de Arizona, Raúl Grijalva, que copreside el Caucus Progresista, diciendo que realmente es muy difícil votar en contra de un proyecto que el presidente apoya y que constituye la primera prueba de su joven presidencia.
Me pregunto si el liderazgo cameral demócrata que por los últimos años ha evadido el tema de la reforma migratoria aplica el mismo razonamiento con los latinos porque después de todo, líderes y algunos legisladores hispanos les advierten que si no se atienden sus prioridades -como la reforma de inmigración- las consecuencias serán serias, aunque en realidad no ha habido ninguna consencuencia seria para los demócratas.
Sí vimos que las posturas antiinmigrantes del Partido Republicano les costaron votos hispanos en las urnas y por ende, incidieron en su control del Congreso y la Casa Blanca.
Hasta el momento, según los sondeos de NBC/ WallStreet Journal, el apoyo hispano a Barack Obama permanece sólido, 66% en julio, cifra similar al 67% que obtuvo en las elecciones presidenciales a pesar de que hasta el momento no se ha cumplido la promesa de avanzar una plan de reforma migratoria comenzando este año.
Ya estamos en el octavo mes de 2009, se nos asegura que prontamente se presentará el proyecto de reforma migratoria, y líderes hispanos nacionales aseguran que si Obama y los demócratas no cumplen con su promesa, habrá consecuencias políticas en las urnas.
Las próximas elecciones de medio tiempo son en el 2010. ¿Se habrá concretado para entonces la reforma? Y de no ser así, ¿realmente habrá consecuencias para los demócratas?