El enojo y la indignación han sido, sin duda, las primeras reacciones que provocaron los epítetos antiinmigrantes y xenófobos de Donald Trump desde que el magnate apareció en la escena política en busca de la nominación presidencial por el Partido Republicano. Decir que los inmigrantes –básicamente los mexicanos, grupo social en el que ha enfocado sus frustraciones personales, incluyendo las psicológicas— traen consigo a este país “drogas”, son “violadores” y en general son “criminales”, le han hecho ganarse a pulso la rotunda antipatía de una inmensa mayoría de inmigrantes latinos y de otras culturas.
En ese tenor se enmarca la novedosa campaña #turnignorancearound, lanzada por la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA) que utiliza, lingüísticamente hablando, las mismas armas de esa retórica racista para darle un giro inteligente y exponer en pocas palabras lo que realmente es la comunidad latina en este país.
Es un video de 1 minuto 20 segundos en el que diversos jóvenes latinos, vistiendo una camiseta blanca con leyendas al frente y atrás, dicen (en inglés) mirando a la cámara al principio: “Soy un traficante”, “Soy un asesino”, “Soy un ladrón”, “Soy un atacante”, entre otras frases, para luego dar paso al verdadero mensaje al darse vuelta y mostrar la segunda parte de sus palabras iniciales impresas en sus camisetas. Por ejemplo:
“Soy un traficante de historias. Soy director y soy latino”.
“Soy un asesino del aburrimiento. Soy comediante y soy latino”.
“Soy un traficante de sabores. Soy chef y soy latino”.
“Soy un atacante de la ignorancia. Soy estudiante y soy latino”.
“Soy una ladrona de emociones. Soy actriz y soy latina”.
“Soy una traficante de cuidados. Soy niñera y soy latina”.
“Soy un asesino de incendios. Soy bombero y soy latino”.
Y así, entre muchos otros ejemplos, esta campaña le da la vuelta a la xenofobia, contribuyendo de ese modo a hacer frente a esa otra campaña de desprestigio llena de racismo desplegada por Donald Trump y otros candidatos a lo largo de los últimos ocho meses en contra de una comunidad que, a pesar de tantos obstáculos, ha sabido resurgir todo el tiempo. Y esta no será la última vez.
Esto es así, porque la madurez que ha alcanzado esta comunidad a lo largo de los años le ha hecho pasar del enojo a la acción de una manera más inteligente que la de los antiinmigrantes. Lo vemos en marchas, programas de televisión y radio, en entrevistas a profesionales de diversas disciplinas, libros y reportajes sobre la gente trabajadora que le ha dado un impulso enorme a la economía de Estados Unidos, ejemplos que por sí mismos han pasado a formar parte de la historia viva que algún día ha de contarse como parte de una lucha en contra de los agravios, rechazos e intentos de expulsión del país que, en definitiva, llaman hogar.
Habría que agregar: “Soy un traficante. Soy un traficante de puentes, sueños, metas, proyectos y soy latino y formo parte de la historia de la humanidad, que ha sido, a su vez, resultado de la historia de las migraciones a lo largo de los siglos”. Así, para seguir respondiendo de manera inteligente a la insufrible ignorancia de Donald Trump y sus seguidores.