29/12/09 a 1:22pm por Rafael Prieto Zartha
Vamos como el cangrejo, caminando en reversa. En dos estados donde se habían sentado bases para que los estudiantes indocumentados pudieran ingresar a instituciones de educación superior, las fuerzas vivas del oscurantismo anhelan borrar los avances o los han frenado sin remedio inmediato.
En Nebraska, los legisladores estatales están considerando abrogar una ley aprobada en 2006 que permitía que los alumnos sin papeles entraran a los colegios comunitarios y universidades públicas pagando una matrícula igual a los residentes del estado.
En Colorado, quedó aplazada para 2011 la discusión de un proyecto de ley que admitiría en las instituciones de tercer nivel a los muchachos que se graduaran de escuelas secundarias en el estado, sin tener en cuenta el estatus migratorio.
En el caso de Nebraska, como en el de Colorado, el texto de la legislación establece que los beneficiarios deben haber radicado en el estado durante tres años antes de su admisión a las universidades y colegios comunitarios.
La experiencia sugiere que los anti inmigrantes pueden lograr la revocación de leyes que favorecen a los adolecentes indocumentados. Así ocurrió en Oklahoma, donde una normativa que estaba vigente en pro de la educación de los inmigrantes fue derogada en 2008.
Actualmente sólo nueve estados del país, además de Nebraska, permiten oficialmente la inscripción de estudiantes indocumentados en centros universitarios pagando matrículas de residentes estatales: California, Illinois, Kansas, Nuevo México, Nueva York, Texas, Utah, Washington y Wisconsin.
En Arizona, Georgia y Carolina del Sur se han aprobado leyes que prohíben específicamente que los indocumentados reciban este tipo de beneficios.
La oposición a que los jóvenes se conviertan en profesionales ha surgido de todos los sectores. En Colorado, el aplazamiento de presentación de la ley en pro de los indocumentados, que se anticipaba para 2010 en la Cámara de Representantes estatal, se enredó después de que la misma iniciativa fracasara en el Senado estatal. Allí 21 demócratas se unieron a 14 republicanos para impedir que la medida pasara.
Un sondeo realizado por la AP entre los legisladores estatales de Nebraska, concluyó que la mayoría apoyaría la derogación de la ley que favorece a los jóvenes inmigrantes, y que actualmente ampara a 35 alumnos.
No obstante, existen valientes, quienes tercamente insisten en dar una oportunidad a los estudiantes indocumentados. Tres años después de una derrota de la legislación en la Cámara de Representantes de Massachusetts, la senadora estatal demócrata Sonia Chang-Díaz, sostiene que la iniciativa debe ser discutida en 2010.
En Massachusetts, como en el resto del país, las matrículas para estudiantes que no califican como residentes del estado cuestan más del doble, y ese es el precio que se le cobra a los indocumentados.
En promedio la inscripción de un residente en una universidad pública vale 9.704 dólares, mientras que para alguien que viene de fuera cuesta 22.157 dólares.
En los colegios comunitarios la matrícula para residentes es de 4.305 dólares y para los foráneos de 10.811 dólares.
Otro estado donde han surgido esperanzas es en Carolina del Norte. En 2005, las fuerzas anti inmigrantes derrotaron el proyecto de ley HB 1183, que habría amparado a los estudiantes indocumentados.
Pero el pasado 18 de diciembre, los nativistas terminaron gimiendo, después de una audiencia sobre el tema en la Junta Estatal de los Colegios Comunitarios.
“Los ilegales y quienes los apoyan lograron una gran victoria en sus planes para legitimar a los ilegales y proveerles recursos de los contribuyentes”, afirmó en un comunicado la organización anti inmigrante ALIPAC, sobre los resultados del encuentro.
En la primera vista para ratificar la decisión de la Junta de admitir indocumentados en los 58 colegios comunitarios del estado, 51 de 57 por ciento de las personas que hablaron se pronunciaron a favor de la medida.
Sin duda un triunfo para la Coalición Adelante, que lidera los esfuerzos para forjar profesionales hispanos.
Ahora, todo este duro debate en los 50 estados del país acerca de los estudiantes indocumentados sería irrelevante si se aprueban en el Capitolio el Dream Act y la reforma migratoria integral.