Hillary Clinton ganó la asamblea electoral de Nevada, y aunque el margen de triunfo sobre el senador demócrata de Vermont, Bernie Sanders, no fue la barrida que se habría anticipado, un triunfo es un triunfo. Clinton ha gozado del apoyo de un electorado latino que representa 13% de los votantes registrados en este estado, y que tradicionalmente se han abocado a la senadora, como ocurrió en 2008 en la contienda contra Barack Obama.
Aunque Sanders logró cerrar la brecha, Clinton triunfó y lo necesitaba. Sanders y su “revolución” han hecho que la campaña de Clinton preste mayor atención a la estrategia sobre el terreno y a no dar por sentado el apoyo de esos sectores que serán importantes en el resto de las primarias y asambleas electorales, pero también vitales en la elección general, si resulta la nominada, y eso incluye a los latinos, los afroamericanos y las mujeres, entre otros sectores.
En entrevistas informales en diversos puntos de Las Vegas fue palpable una brecha generacional con jóvenes votantes latinos que favorecen a Sanders, y latinos mayores, sobre todo mujeres, en favor de a Clinton.
Para Sanders fue la primera prueba sobre su capacidad de atraer a votantes de minorías tras casi empatar con la senadora en la asamblea electoral de Iowa y ganar la primaria de New Hampshire. En ambos estados predominó el voto anglosajón.
Sanders parece estar atrayendo a jóvenes latinos que, como otros, favorecen sus propuestas de matrícula universitaria gratuita y mayor equidad salarial y económica.
David F. Damore, analista en jefe en Nevada de la firma encuestadora Latino Decisions, acepta que en el estado “los latinos son bastante liberales, particularmente los latinos jóvenes, y hay una infraestructura progresista en Las Vegas que existe fuera del Partido Demócrata y que es muy activa en la comunidad latina”.
No obstante, según las primarias y asambleas se muevan a otros estados, Damore anticipa que “Sanders no podrá darse el lujo de hacer campaña por semanas en muchos de esos estados, dificultando su capacidad de ampliar el electorado” que necesitaría para ganar la nominación.
“Esto va a ser particularmente problemático en las primarias estatales donde el activismo y la energía de dedicados voluntarios son opacados por los altos niveles de participación electoral”. agregó Damore.
Melissa Mark-Viverito, presidenta del concejo municipal de Nueva York, y quien apoya a Clinton, confía en que según avance el proceso, Clinton prevalecerá.
“Ella (Clinton) tiene una relación de muchos años con nuestra comunidad, ha luchado por muchos años por la reforma migratoria, y esa la que va a poder cumplir esa agenda”, indicó.
“Ese mensaje está llegando. Se ha presentado el caso de esa trayectoria larga que tiene Hillary con nuestra comunidad y eso, al final, es lo que la va a llevar a ganar, no sólo Nevada, sino la nominación (demócrata) y la presidencia”, sostuvo Mark-Viverito.
Si así fuera, la piedra en el zapato que ha supuesto Sanders para la campaña de Clinton está sirviendo de agente de motivación para que la campaña de Hillary no se duerma en sus laureles, pues, como aprendió en 2008 ante Obama, nada está garantizado.
Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice.