03/06/09 a 6:59pm por Maribel Hastings
Fue un mes de junio, hace dos años, que el debate sobre la reforma migratoria estaba al rojo vivo en el Senado. La combinación de falta de liderazgo en ambos partidos, senadores opuestos, también de ambos partidos, una vociferante y entonces efectiva oposición antiinmigrante, y un fracturado movimiento pro reforma contribuyeron a que esa reforma expirara el 28 de junio de 2007.
Resulta significativo que este mes de junio, dos años más tarde, un renovado movimiento pro inmigrante anuncie el inicio de una campaña nacional para darle impulso a la reforma y presionar de manera coordinada. El lanzamiento de la campaña nacional Reforma Migratoria Pro América (Reform Immigration For America) marcó además el inicio de una cumbre de tres días en esta capital donde más de 800 activistas de 31 estados discutirán estrategias y cabildearán ante el Congreso buscando apoyo.
Muchas cosas han pasado en los pasados dos años, entre otras, la elección de Barack Obama quien como candidato prometió encarar el tema, y como presidente asegura que sí se abordará comenzando este año.
Asimismo, los votantes rechazaron en las urnas a los candidatos con posturas antiinimigrantes. Los republicanos están al borde del precipio entre los votantes latinos y muchos estrategas coinciden en que una de las formas de recuperar su viabilidad es abordando asuntos de importancia para esta comunidad, incluyendo la inmigración.
Los demócratas afianzaron su mayoría en ambas cámaras y esta semana los activistas los presionarán para ver si esta vez los líderes demócratas, particularmente en la Cámara Baja, pasan de las promesas a la acción.
Si hace dos años les faltó coordinación y garra, los grupos pro reforma migratoria dicen que aprendieron las lecciones pasadas. Al emprender la nueva ofensiva para ganar apoyo del público y votos del Congreso, aseguran que es responsabilidad de ambos partidos aprobar una solución al tema migratorio.
“No estamos aquí representando partidos sino a la comunidad inmigrante, a la sociedad estadounidense….Los demócratas y los republicanos tienen la misma responsabilidad de resolver este problema y no vamos a dejarlos evadir el tema, sea quien sea”, dijo Eliseo Medina, vicepresidente ejecutivo del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio (SEIU),una de las organizaciones que integra la coalición que emprendió la campaña nacional.
Hasta el momento más de 200 organizaciones de todo el país integran la coalición, que, según Ali Noorani, director ejecutivo del Foro Nacional de Inmigración (NIF), está mejor preparada que nunca para presionar por la reforma.
Según Noorani, comparado con el 2006, el movimiento pro inmigrante ha crecido “en tamaño, sofisticación y poder”.
Ahora están haciendo mejor uso de la nueva tecnología con una campaña de mensajes de texto, JUSTICIA, que pueden enviarse a través del celular marcando el número 69866.
Medina, veterano de muchas batallas legislativas, dijo a America’s Voice que contrario al 2007, ahora “contamos con mucha más gente, contamos con una coalición más amplia y con mucha más experiencia”. “Después del 2007 aprendimos lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer. El nivel de coordinación es mucho mejor que antes”, aseguró Medina.
Los grupos consideran que el panorama político los beneficia porque el Congreso es demócrata y porque el presidente Barack Obama prometió acción en el frente migratorio comenzando este año.
La Casa Blanca pospuso para el 17 de junio la reunión entre Obama y un grupo de líderes de ambos partidos para discutir la reforma migratoria y los próximos pasos a seguir. La reunión, a puerta cerrada, se había programado para el lunes 8 de junio.
El pastor evangélico, Samuel Rodríguez, Jr. presidente de la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano, dijo a America’s Voice que todo está alineado en favor de la reforma, pero se requiere liderazgo.
“Si el presidente Obama no cumple con su promesa este año, le voy a garantizar que el 44% de hispanos que apoyaron a Bush en el 2004 fácilmente se podrá recuperar (por los republicanos). El pueblo latino todavía es un pueblo muy moderado, no se ha decidido si es republicano o demócrata, y si el presidente no cumple con su promesa, las consecuencias (para los demócratas) serán contundentes en el 2010 y en el 2012”, concluyó Rodríguez, Jr.