Muchos votantes latinos jóvenes son seguidores del senador Bernie Sanders y están descontentos de que Hillary Rodham Clinton sea la virtual nominada demócrata. Y como otros seguidores del senador de Vermont, algunos estarían contemplando no votar en las próximas elecciones.
Para Arturo Vargas, el director ejecutivo de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO), esta elección constituirá “un bautismo” para los votantes latinos jóvenes, particularmente sobre las realidades del proceso y de entender la importancia de ejercer ese derecho aunque el resultado de las primarias no haya sido el que esperaban.
“Por una parte, me da mucho gusto que los jóvenes latinos se hayan interesado en el proceso político, pero tienen que enfrentarse con la realidad. En el proceso político hay quienes ganan y hay quienes pierden. Si no pueden asumir esa realidad, no entienden lo que es participar del proceso político”, declaró Vargas.
A pesar de los excesos de la campaña de Trump, sobre todo en asuntos de interés para la comunidad latina, incluyendo la inmigración, se anticipa que ésta será una elección cerrada en la cual cada voto hará una diferencia, no sólo en los llamados estados oscilantes, si no en aquellos donde el voto latino no constituye un porcentaje alto, pero podrían inclinar la balanza.
Un total de 27.3 millones de latinos son elegibles para votar en noviembre y, de esos, se anticipa que 13.1 millones acudan a las urnas el 8 de noviembre.
Son los jóvenes latinos quienes han nutrido el alza de cuatro millones de hispanos elegibles para votar que se registró entre los comicios de 2012 y los actuales. El sector donde se registró el mayor incremento de hispanos elegibles para votar fue entre los jóvenes latinos, pues 3.2 millones de ellos cumplieron los 18 años de edad que los hace elegibles para votar.
El proceso demócrata de primarias plasmó cómo la candidatura de Sanders energizó a los votantes jóvenes, incluyendo a los latinos. Desde los comicios que catapultaron a Barack Obama a la presidencia en 2008, no se veía un entusiasmo tan grande entre los votantes jóvenes. Sanders prometió reformas de equidad social y económica, particularmente en el tema de las costosas matrículas universitarias, que resonaron entre los electores jóvenes. Sus propuestas migratorias, incluyendo el desmantelamiento de programas de deportación y de los centros de detención, también atrajeron votantes latinos jóvenes.
El hecho de que Sanders no ganara la primaria demócrata y de que ahora salgan a relucir los filtrados correos electrónicos en los cuales la todavía presidenta del Comité Nacional Demócrata (DNC), Debbie Wasserman Schultz, critica a Sanders, es para muchos de sus seguidores evidencia de que el DNC no fue neutral durante el proceso de primarias.
El exalcalde Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, aceptó que es entendible la desmoralización de un sector de seguidores de Sanders.
“Pero creo que a lo largo de la convención y de la campaña, el coraje se va a ir reduciendo y, al final, la gran mayoría de los jóvenes latinos, de los demócratas y los independientes, van a votar por Hillary Clinton, no porque crean que es perfecta, porque nadie lo es, pero porque entienden la amenaza que representa la candidatura de Trump”, sostuvo.
La Secretaria de Estado de Rhode Island, Nellie M. Gorbea, coincidió en que según se adentre el proceso electoral “entenderán que también pueden entusiasmarse con esta candidata… que si les interesan los cambios, hay que participar del proceso”.
Para Vargas, entre los votantes latinos en general no hay apatía sino “pérdida de fe en el proceso político… Eso es lo que tenemos que combatir, y eso sí es difícil”.
Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice.