16/05/10 a 8:08pm por Maribel Hastings
WASHINGTON, D.C. – El foro de Univisión sobre la SB 1070 y la reforma migratoria evidenció muchas cosas. Una, que pese a las diferencias entre quienes favorecen y se oponen a la nueva ley y a la reforma, todos coinciden en que la inacción del gobierno federal en abordar el tema migratorio ha dado paso a acciones como la de Arizona.
Otra, que como es sabido, hay latinos a favor de la SB 1070 y en contra de la reforma. Es saludable escuchar diferentes opiniones, pero no deja de sorprenderme el desdén con el que algunos latinos que ya son residentes o ciudadanos hablan de los indocumentados.
Lo hacen además con la firme convicción de que ellos, por tener papeles o ser ciudadanos, jamás serían detenidos por las autoridades en un lugar como Arizona si llegara a implementarse la SB 1070.
Uno de ellos despotricó contra los “ilegales”. Provocaba colocar al señor ciudadano en una fila junto a indocumentados ojiazules de cabellos rubios para ver quién sería víctima de perfil racial.
Pero me desvío.
El foro expuso vivamente las divisiones, pero todos estuvieron de acuerdo en que el asunto hay que encararlo desde ayer; que el gobierno federal ha rehuido su responsabilidad dando pie a personajes como Joe Arpaio, incluso avalando al alguacil renovándole el acuerdo 287(g) que convierte a policías locales en agentes de inmigración.
Por esa inacción llegó la SB 1070 y existe el riesgo de que se repita en otros estados.
Por eso la mayoría de la gente en Estados Unidos apoya la SB 1070, porque sin alternativa, adoptan cualquier cosa que crean solucione el problema.
Muchos se preguntan por qué necesitan los demócratas a los republicanos para avanzar una reforma migratoria si controlan el Congreso y la Casa Blanca, y aprobaron la reforma de salud sin los republicanos.
Primero, porque la reforma de salud no es la de inmigración, y sencillamente porque no todos los demócratas apoyan la reforma migratoria. En 2007, 15 demócratas ayudaron a “matar” la reforma al votar en contra de cerrar el debate del plan. Quince votos: más de los requeridos para llegar a los 60 que habrían avanzando el proyecto.
Algunos republicanos denuncian que la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, no ha querido llevar ningún proyecto de reforma migratoria al pleno desde 2007. Y así es. ¿Por qué? Porque la mayoría demócrata se obtuvo en 2006 con congresistas que representan distritos moderados y conservadores y creen que sólo oponiéndose a la reforma o esquivándola van a mantener su escaño (y la mayoría).
Pero los republicanos no cantan mal las rancheras. Aquellos republicanos que han tratado de ofrecer una salida sensata y trabajar de forma bipartidista quedan marcados. Más de uno puede dar fe de ello. Por eso se dedican a apelar a su base más recalcitrante y anti reforma, aunque ello suponga seguir alejando el voto latino.
El ex senador republicano, Mel Martínez, cuyo apoyo a la reforma migratoria integral le costó muy caro con la derecha de su partido, dijo en entrevista que “cuando de inmigración se trata, me parece que mucha gente se expresa en formas que incomodan a los hispanos”. “Incomodan” se queda corto en describir lo que ha sentido la comunidad hispana, sobre todo en Arizona.
De manera que el statu quo que todos condenan les sirve de escudo político: a los republicanos para atizar a su base aunque perpetúen su imagen de anti hispanos; y a los demócratas para culpar a los republicanos de la inacción.
Mientras nada lastime a los demócratas en las urnas, qué más les da. La semana pasada varios sondeos concluyeron que más latinos desaprueban del manejo de Barack Obama y de los demócratas al tema migratorio, pero los siguen apoyando en grandes cifras.
La SB 1070 revivió tema de la reforma migratoria. Ojalá que no termine sirviéndole de arma política a los dos partidos desviando la atención de la reforma migratoria amplia que se requiere.
Maribel Hastings es Asesora Ejecutiva y Analista de America’s Voice
mhastings@americasvoiceonline.org