Son niños, pero se han unido a una conversación muy seria, una que corresponde a adultos o incluso a jóvenes y que ahora acapara la atención de Washington. Cuesta creerlo, pero la mayoría de los niños que llegan al Capitolio, entiende muy bien lo que es una deportación. Lo comprenden y saben que su futuro está en juego. Decenas han acompañado a diversas organizaciones pro inmigrantes para clamar por una reforma migratoria y el fin de las deportaciones.