La declaración del presidente Barack Obama de que apoya los matrimonios entre personas del mismo sexo se dio tras un proceso de evolución, según afirmó, y de una cuestión de principios, agregó.
Es un arriesgado paso político a meses de los comicios generales que le ayudará con un amplio e influyente sector de votantes y que seguramente le afectará con otros. Esas consideraciones se pesaron en la balanza política antes de hacer pública su postura.
Pero lo interesante es cómo la presión de la comunidad LGBT, sin prisa pero sin pausa, orilló al presidente a cerrar el proceso de evolución en favor de una postura políticamente arriesgada.
Sin tan sólo Obama también evolucionara en el tema de los Soñadores o DREAMers y ante la falta de legislación federal les concediera un amparo administrativo, como grupo, que les permita estudiar y trabajar legalmente en Estados Unidos sin miedo a la deportación.
La presión aumenta no sólo de parte de los grupos pro inmigrantes y de los propios Soñadores que vienen solicitando el amparo luego de que la promesa de reforma migratoria integral se hizo sal y agua. Pero ahora también crece la presión por la posibilidad de que un republicano, el senador de Florida, Marco Rubio, potencial compañero de fórmula del virtual aspirante presidencial republicano, Mitt Romney, se apreste a presentar su versión del DREAM Act que el joven senador cataloga como una “misión humanitaria”.
La medida no contiene una vía directa y especial a la ciudadanía, pero Rubio asegura que los jóvenes podrán solicitar la residencia legal por los mecanismos tradicionales.
Que la medida progrese en año electoral está por verse. Rubio tiene que convencer a sus colegas republicanos que le han dado la espalda al DREAM Act, incluso quienes alguna vez fueron autores o coauspiciaron la medida. Y el presidente de la Cámara Baja, el republicano John Boehner, ya advirtió que avanzar el DREAM Act de Rubio será “difícil por demás”.
De todos modos, la idea de que sea un republicano quien trate de buscar consenso en un tema que goza de un abrumador apoyo entre los votantes latinos, debe enviar una señal a los demócratas en el Congreso, a la Casa Blanca y a la campaña de reelección de Obama.
Pero mientras el hacha va y viene, ICE no descansa y la posibilidad de la deportación es real a pesar de la discreción ejecutiva que en teoría se supone haga que los Soñadores no sean prioridad de remoción. La práctica es más complicada. A cada rato surgen casos de jóvenes en el umbral de la deportación y sólo las campañas a su favor previenen que no se conviertan en una estadística más.
Entiendo perfectamente la diferencia cuando se ponderan estas consideraciones políticas. El lobby de la comunidad LGBT es poderoso, aportan dinero a campañas y finalmente son ciudadanos que votan.
Los jóvenes indocumentados ni pueden votar ni aportar a los cofres de campaña.
Pero se trata mayormente de jóvenes hispanos que tienen el apoyo de una comunidad de familiares, amigos o conocidos que sí votan y que también aportan a las campañas. Un sector de votantes que será clave en los esfuerzos de reelección de Obama.
Su causa también es una cuestión de principios. Estos jóvenes que fueron traídos sin documentos a Estados Unidos no tuvieron ni parte ni suerte en la decisión de sus padres, han sido criados aquí, son estadounidenses excepto por el papel que lo confirma. Sólo buscan la oportunidad de convertirse en profesionales y de servir a su nación en las Fuerzas Armadas.
Este jueves 17 de mayo los Soñadores conducen un Día Nacional de Acción a través del país para presionar por una solución a su dilema y presentar su Declaración de Derechos, entre esos, el vivir con sus familias y sin miedo.
Ojalá que el presidente entienda la importancia de buscar una salida administrativa al limbo migratorio que enfrentan estos jóvenes en tanto se concreta el esquivo consenso legislativo.
Ya 22 senadores demócratas le enviaron una carta al presidente solicitándole que considere la acción diferida o suspensión de deportación para todos los jóvenes indocumentados que serían elegibles para el DREAM Act si el proyecto se promulgara.
En entrevista con Jorge Ramos en el programa Al Punto, el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, afirmó que “el presidente hará más administrativamente. Y eso deberá ocurrir bastante rápido”.
Ojalá y así sea y Obama tenga una evolución a favor del Sueño de millones de jóvenes indocumentados de obtener un amparo administrativo.