Un nuevo informe de Amnistía Internacional calcula que la política del gobierno de Trump de separar familias dividió a 6,000 seres queridos entre los meses de abril y agosto, el doble de la cantidad mencionada por las autoridades. Además, una serie de elocuentes artículos dan a conocer la historia de menores que han sufrido traumas debido a la crueldad, la incompetencia y la indiferencia de este gobierno.
Puede consultar el artículo de Sarah Stillman, del New Yorker, aquí, así como el de Catherine Soichet, de CNN, aquí, además del de Vivian Yee y Miriam Jordan, del New York Times, aquí.
En tanto, otros 13,000 niños están detenidos en una ciudad de carpas en Tornillo, Texas, muchos de ellos trasladados en secreto a mitad de la noche. La cantidad de menores detenidos se ha “quintuplicado” desde el año pasado y el promedio del tiempo que permanecen en custodia ha pasado de 34 a 59 días durante el año pasado, en buena medida porque el gobierno de Trump estáintimidando y arrestando patrocinadores —muchos de ellos indocumentados— que en el pasado se presentaban para patrocinar a sus seres queridos y ahora están en extremo temerosos de hacerlo. Hace poco el Washington Post escribió en un editorial que este gobierno está tratando a menores vulnerables con una “crueldad displicente”, dado que lleva a cabo “una cruzada contra los inmigrantes, una política que minimiza a la nación”.
A continuación compartimos un comunicado de Frank Sharry, Director Ejecutivo de America’s Voice, al respecto:
“Somos un mucho mejor pueblo y país que la crueldad que este gobierno ha infligido a bebés y niños. El Congreso debe pedir cuentas a los responsables de crear y llevar a cabo esas monstruosas políticas. Como ha quedado claro por la desdeñosa negligencia republicana, la única vía para que eso ocurra es si elegimos un nuevo Congreso.
El pueblo estadounidense está listo para soluciones audaces. Necesitamos un proceso justo para los niños inmigrantes y sus familias, que reconozca la violencia de la que han escapado y los méritos de su solicitud de refugio. En términos generales, necesitamos una reforma migratoria que coloque a residentes establecidos en nuestro país en una vía al estatus permanente y a la ciudadanía. Dado el peso que tendrá encima, un nuevo Congreso elegido deberá actuar con convicción y confianza”.