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¡Que vivan los estudiantes!

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13/12/10 a 11:38am

¡Que vivan los estudiantes, jardín de las alegrías! Son aves que no se asustan de animal ni policía,y no le asustan las balas ni el ladrar de la jauría.Caramba y zamba la cosa, ¡que viva la astronomía!

Violeta Parra

WASHINGTON – Quiero rendir tributo a los Soñadores que tomaron las riendas de su causa y con su liderazgo, valentía y tesón lograron lo que muchos creían imposible: una histórica aprobación del proyecto DREAM Act en la Cámara de Representantes y con ello, la posibilidad real de impulsar la medida en el Senado para cruzar la meta.

Fácil no ha sido ni lo será. No bien habían logrado la victoria cameral, cuando ya se encontraban hablándole a los senadores para tratar de arribar a esa cifra mágica de 60 votos que culminará con casi diez años de espera para iniciar un arduo y largo proceso para su legalización.

Los daban por muertos el miércoles, pero emergieron triunfantes. Los dieron por muertos en el Senado, pero siguen con vida y mientras hay vida, hay esperanza.

Algunos dirán que si el DREAM Act no progresa, no se habrá logrado nada. Pero se habrá logrado mucho. Se ha logrado mucho.

Los cambios siempre son encabezados por una juventud con nuevas ideas, nuevos bríos, y una voluntad de hierro que no ceja ante todo tipo de pruebas.

Y estos jóvenes han enfrentado muchas. No es fácil saberse de un lugar y que digan que no lo eres.

El miércoles, desde la galería de la Cámara de Representantes, muchos de ellos presenciaron el debate que culminó en la aprobación del DREAM Act. Por un rato los observé escuchar respetuosamente a quienes los defendieron pero también a quienes los satanizaron y los responsabilizaron de todos los males presentes y los que están por venir: cometerán fraude, vaciarán las arcas, desplazarán a trabajadores y estudiantes, provocarán una masiva ola de inmigración indocumentada.

El congresista republicano de Texas, Lamar Smith, el seguro próximo presidente del Comité Judicial de la Cámara Baja, con jurisdicción sobre temas migratorios, se refirió al DREAM Act como una “pesadilla” para Estados Unidos y un “insulto” a los trabajadores y contribuyentes. Al hablar, quedaba de espaldas a los jóvenes que desde arriba observaban, un símbolo de cómo le han dado la espalda a cualquier viso de sensatez en este debate.

¿De quiénes hablaba?

Por los pasados meses, semanas y días he tenido la suerte de ver a estos jóvenes de cerca en plena acción y lo que describía no tiene nada que ver con el espíritu emprendedor, el ingenio, la perseverancia y el valor que he visto en ellos. Le dan lecciones a cualquiera.

El viernes, el reverendo Samuel Rodríguez, presidente de la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano, dijo que al apoyar el DREAM Act los republicanos pueden “reconectar con un electorado que continúa distanciándose de un partido percibido como anti hispano y anti inmigrante”.

Agregó que seguir castigando a jóvenes que no decidieron llegar a este país sin documentos es “anti cristiano, anti hispano y anti estadounidense”.

Horas antes del voto cameral el miércoles, un grupo de jóvenes se paró frente al Capitolio en medio de un intenso frío, algunos luciendo birretes hechos de cartulina y con una energía y un aplomo dignos de admirar.

Gaby Pacheco, una de las líderes nacionales de este movimiento, afirmó que “hemos salido de las sombras, y el sol no se puede tapar con un dedo. Esta energía, esta luz que nosotros traemos a este país, nunca, ninguna legislación va a poder cambiarla”.

Al finalizar, pidió a los legisladores que “estén del lado bueno de la historia”.

Esa noche 216 congresistas optaron por el lado bueno de la historia.

Ahora falta que 60 senadores sigan el ejemplo.

Maribel Hastings es asesora ejecutiva y analista de America’s Voice