El gobierno de Estados Unidos desestimó que la batalla política por una amplia reforma migratoria haya tocado un muro insalvable ante la negativa de los republicanos en la Cámara de Representantes a considerar una propuesta integral. Tanto el vocero presidencial Jay Carney como Cecilia Muñoz, directora del Consejo de Política Doméstica de la Casa Blanca hicieron notar el avance que significó la aprobación de la iniciativa del Senado casi un mes atrás. Durante su presentación Muñoz insistió sobre el imperativo moral y económico que presenta la reforma, aludiendo un reciente reporte preparado por la Casa Blanca sobre el impacto económico de la reforma. De acuerdo con el mismo, la aprobación de una reforma resultaría en un crecimiento económico adicional de 5.4 por ciento durante las próximas dos décadas y una reducción del déficit en 850 mil millones de dólares
