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El pueblo estadounidense está en su mayoría con Clinton en el tema migratorio

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Aunque Donald Trump y Hillary Clinton difieren en sus campañas en torno a una gran cantidad de temas, pocos tienen un contraste tan marcado como el de la inmigración. No solamente ambos candidatos ofrecen una visión diametralmente opuesta al papel de la inmigración y los inmigrantes en Estados Unidos, sino que sus posiciones están fincadas en teorías divergentes sobre las políticas de inmigración.

Lo bueno para Hillary Clinton es lo siguiente: abrumadoramente y cada vez más, el pueblo estadounidense está de su lado en el tema migratorio y rechaza el oscuro radicalismo de Donald Trump enfocado en la deportación.

Una serie de encuestas recientes subrayan ese hecho. Por ejemplo las del New York Times/CBSQunnipiacWashington Post/ABC NewsCNN y Gallup han encontrado que entre 72% y 88% de los estadounidenses apoyan la ciudadanía o la legalización de inmigrantes indocumentados, en lugar de la deportación. Incluso el más reciente sondeo de Fox Newshalló que hay apoyo a la legalización en lugar de la deportación por un margen de 74%-18%. Como el Washington Post destacó, el abierto nativismo de Trump de hecho está causando “un incremento en la simpatía hacia los inmigrantes y haciendo disminuir el apoyo a sus extremas técnicas de seguridad”.

Todo esto importa en gran medida al Partido Republicano y a su futuro a largo plazo. Como lo puntualizó Neil King, del Wall Street Journal, el segmento de votantes latinos con una opinión positiva del Partido Republicano en la encuesta de WSJ/NBC News se ha ido en picada en años recientes: 33% en agosto de 2012; 24% en septiembre de 2015; 21% en septiembre de 2016; y solamente 16% en octubre de 2016.

El siguiente es un comunicado de Frank Sharry, Director Ejecutivo de America’s Voice:

“Al entrar en la recta final del ciclo electoral, está claro que el pueblo estadounidense está con Hillary Clinton de manera abrumadora en inmigración. De hecho, al principio de su campaña realizó un encuentro en Las Vegas en el que anunció su visión pro inmigrante y pro reforma. Se reunió en una mesa redonda con DREAMers y dejó en claro que una fuerte posición en el tema migratorio iba a ser el pilar de su campaña. Desde entonces ha sostenido que la reforma migratoria será una de sus más altas prioridades en el primer año de su presidencia.

“Mientras tanto, Donald Trump ha colocado sus oscuras y divisorias posiciones en inmigración en el centro de su campaña. Muchos en la extrema derecha han argumentado durante bastante tiempo que un candidato nacionalista de mano dura movilizaría a votantes blancos desencantados en tal cantidad, que rebasaría cualquier ventaja de la que un candidato demócrata gozara entre los votantes latinos, asiáticos e inmigrantes. Mientras Trump ha hecho del nativismo un rasgo de su campaña –no algo menor–, esta llamada estrategia del ‘votante blanco perdido’ se está poniendo a prueba. Se está demostrando que si bien el desenfrenado extremismo puede entusiasmar a un segmento de la base republicana, al mismo tiempo está alienando a la mayoría de los estadounidenses.

“No hace mucho tiempo que la creencia popular en torno a la política de inmigración era algo como esto: los republicanos pueden usar la inmigración para movilizar su base, conquistar a los independientes y dividir a los demócratas. En esta elección, el guión ha cambiado. Hillary Clinton se está alineando a un progresista y pragmático enfoque en política migratoria y está ganando votantes al hacerlo, y son los republicanos quienes se están sintiendo divididos al respecto. Los más acérrimos seguidores de Trump pueden corear ‘¡construye el muro!’, pero lo más significativo es que muchos moderados republicanos e independientes están rechazando el nativismo de Trump y rehusándose a votar por un fanático. Bienvenidos a la nueva política de inmigración”.