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Frank Sharry: Secretario Kelly, no nos vamos a “callar”

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En una democracia, la voz del pueblo cuenta, especialmente cuando los riesgos son tan altos

El secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), John Kelly, arremetió este día contra los críticos de las políticas de la deportación masiva del gobierno de Trump, al decir que “deberían callarse y apoyar a los hombres y mujeres que se encuentran en el frente de batalla”.

El siguiente es un comunicado de Frank Sharry, Director Ejecutivo de America’s Voice Education Fund, en reacción a los comentarios del secretario Kelly:

Vivimos en una democracia, secretario Kelly. Pagamos nuestros impuestos, nuestros impuestos pagan su salario y usted es responsable de la gente que integra nuestra nación. Decirnos ‘cállense y apoyen a los hombres y mujeres que están en el frente’ no es como esto funciona, ni siquiera en la era de Trump. La Constitución nos da todo el derecho de hablar, a ser escuchados y a pelear por lo que creemos es lo mejor para la nación que amamos.

Teníamos grandes esperanzas en usted, general Kelly. Se suponía que era usted uno de ‘los adultos en el equipo’. Pero como servidor público, la combinación de la ira mal dirigida y las persistentes falsas caracterizaciones nos hacen preguntarnos sobre sus aptitudes para el trabajo que desempeña.

El pasado fin de semana, usted participó en Meet the Press y aseguró que ICE se enfocaba en ‘delincuentes, con múltiples condenas’, e ignoró las acusaciones de que el DHS, bajo su liderazgo, está persiguiendo a quienes no tienen historial delictivo. Pero eso no es lo que está ocurriendo en realidad. ICE está persiguiendo a inmigrantes indocumentados que anteriormente eran de ‘baja prioridad’, quienes tienen profundas raíces en familias y comunidades estadounidenses. Cada día nos enteramos de casos que desmienten sus afirmaciones. De hecho, nos acabamos de enterar que sus agentes ‘que están en el frente’ deportaron a un beneficiario de DACA que nada malo hizo. ¿No lo sabe o no le importa?

Esta misma semana, más de 700 líderes religiosos alrededor del país firmaron una carta instándolo a usted, secretario Kelly, a que suspenda la deportación de Maribel Trujillo Díaz. Ella es madre de cuatro niños ciudadanos estadounidenses, una con padecimientos que su madre está especialmente capacitada para atender; no tiene antecedentes penales; y es una trabajadora laica de la Iglesia Católica. ¿Espera realmente que esas voces ‘se callen’ cuando su agencia destroza a su familia? Sus niños están en ‘la primera línea’ de su ofensiva también. ¿Es esto lo mejor que ellos pueden esperar de su gobierno?

Lo entendemos. Usted está tratando de subir la moral y el respaldo hacia sus agentes. Pero esos agentes a quienes usted está apoyando no son como los Marines que alguna vez comandó. ICE y CBP son conocidos por su falta de disciplina, su comportamiento sin escrúpulos y deseosos de ir tras la presa fácil con el fin de que sus estadísticas luzcan bien. Y sí, para afirmar el punto en cuestión, ellos solo saben que la persona es un peligro y, después de todo, siempre pueden recurrir al hecho de que sus nuevas prioridades no significan del todo prioridades.

Pensamos que usted sería diferente. Creímos que haría frente a Sessions del mismo modo en que enfrentó a Bannon luego de que la primera Orden Ejecutiva reventó en la cara del gobierno. Pensamos que usted insistiría en que rindieran cuentas quienes usan uniformes y portan armas autorizadas y pagadas por los contribuyentes. Y sobre todo, pensamos que se las ingeniaría para saber cómo y cuándo usar la autoridad discrecional que le concede la ley, el reglamento y la práctica de largo plazo. ¿Sin piedad, sin importar nada? ¿Es ese su estándar para sopesar circunstancias atenuantes?

Se dice que es usted un hombre decente. Entonces mantenemos la esperanza de que llegará a comprender. Aguardamos el día en que, en lugar de hacer añicos a los críticos de su agencia por rehusarse a respaldar la agenda de deportación masiva del gobierno de Trump, se pregunte a sí mismo si realmente quiere ser el líder del desfile hacia lo que se está perfilando como un oscuro capítulo de la historia de Estados Unidos.