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Napolitano y su defensa de la Reforma

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13/11/09 a 2:44pm por Maribel Hastings

Janet Napolitano, Secretaria de Seguridad Nacional (DHS), delineó hoy en un discurso en el Center for American Progress (CAP), todos los argumentos que han allanado el terreno para avanzar una reforma migratoria en la primera mitad de 2010.

Aunque Napolitano declaró que el “empuje” por esa reforma comenzó hace meses, es la primera vez desde que Obama la designó como el punto de enlace con el Congreso y los sectores de interés en las pláticas migratorias que Napolitano dedica un discurso enteramente a hablar de la reforma migratoria, por qué es necesaria, y de las consecuencias de no aprobarla.

Más aún, Napolitano parecía una abogada defensora presentando todos los argumentos de cierre a favor de su cliente. El panorama, dijo, ha cambiado con respecto a 2007 y es a favor de esa reforma.

Esta administración, indicó, ha cumplido varios requisitos impuestos por el Congreso para controlar efectivamente las fronteras y ha implementado medidas de seguridad al interior del país que, en su opinión, están rindiendo frutos. Esto acalla a sectores dentro y fuera del Congreso -y de ambos partidos- que por años han dicho que no se puede hablar de legalización de indocumentados sin controlar las fronteras.

“He lidiado con asuntos migratorios desde el 1993 y reconozco un cambio cuando lo veo, así que créanme cuando les digo que lo que he visto hace que la reforma (migratoria) sea más asequible esta vez”, declaró la ex gobernadora de Arizona.

Recordó que el debate de 2007 se produjo en medio de altos índices de cruces de indocumentados a Estados Unidos, “pero debido a la mejor aplicación de leyes y a las presentes circunstancias económicas… el flujo se ha reducido significativamente”.

Sí advirtió que si las leyes no se reforman para evitar los “crueles incentivos” que generan la inmigración indocumentada, ella teme que cuando la economía estadounidense repunte, surja “una nueva oleada” a pesar de los recursos masivos que se han destinado a la aplicación de leyes.

Dijo además que contrario a 2007, esta vez la coalición de apoyo a la reforma migratoria es más amplia e incluye sectores como la misma policía “que dicen que la reforma migratoria es vital para que ellos puedan hacer su trabajo”. La misma sociedad, añadió, desea una solución sensible al asunto.

Pero sobre todo, Napolitano señaló algo que por años han venido argumentando quienes favorecen la reforma: “para hacer su trabajo de la manera más efectiva posible, el DHS necesita la reforma migratoria”.

A punta de redadas, por más silenciosas que sean, no se va a solucionar el problema.

“La aplicación de leyes y la seguridad nacional nunca serán totalmente efectivas mientras millones sigan en las sombras”, afirmó Napolitano.

Y también habló de los beneficios económicos de regularizar una fuerza laboral que supondrá más ingresos para el fisco y de la importancia de sacar partido “del trabajo duro y el espíritu empresarial” que traen los inmigrantes.

Su discurso me recordó sus años de gobernadora del estado fronterizo de Arizona.

Sin embargo, en una parte indicó que “cuando el Congreso esté listo para actuar, nosotros estaremos listos para apoyarlo”.

La historia reciente nos ha enseñado que si esperamos a que el Congreso actúe por sí mismo, mejor es buscar donde sentarnos porque de pie nos vamos a cansar. Impulsar esa reforma requiere que el Congreso esté dispuesto a actuar y que la Administración de Barack Obama ejerza la presión debida.

Su declaración, empero, también envió un mensaje al Congreso sobre la urgencia de actuar.

Napolitano sabe que hay muchos temas compitiendo y que el año entrante hay elecciones, pero dijo que la Casa Blanca puede manejar varios asuntos a la vez y que el Congreso también puede.

Eso se pondrá a prueba en los próximos meses.