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Muchísimas gracias, Senador Kennedy

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26/08/09 a 8:28am por Maribel Hastings

El “León” liberal del Senado, Edward M. Kennedy, senador demócrata de Massachusetts, murió y los inmigrantes pierden, en mi opinión, a su más sincero y acérrimo defensor en el Congreso de Estados Unidos.

Kennedy siempre defendió con fuerza diversas causas como los derechos civiles, la salud y la educación, pero en la comunidad inmigrante y entre los grupos que defienden a esos inmigrantes, se le recuerda con profundo agradecimiento por su constante lucha en favor de los derechos de los inmigrantes y en los últimos años, por sus inmensos esfuerzos en tratar de concretar una reforma migratoria integral.

Kennedy fue el autor de los proyectos de ley de reforma migratoria que desafortunadamente no progresaron en el Senado federal en años recientes. En ese entonces me desempeñaba como Corresponsal en Washington del diario La Opinión y veía a Kennedy caminando con dificultad por los corredores del Congreso de reunión en interminable reunión buscando acuerdos, o de conferencia de prensa en conferencia de prensa promoviendo el tema, o de tarima en tarima instando a los mismos inmigrantes a no darse por vencidos y a no perder la esperanzas.

En 2006, durante las multitudinarias marchas de inmigrantes a través del país en favor de la reforma, Kennedy fue la figura legislativa central en el evento aquí en la capital federal, con su imponente figura y su voz de trueno, echando mano de frases en español para decirle a los inmigrantes que Sí se Puede.

En ese año y en 2007 luchó hasta el final para avanzar la reforma migratoria, y cuando no se pudo, de todos modos convocó a activistas para animarlos a no dejarse caer y planificar los próximos pasos. El eterno optimista frente a la adversidad, siempre buscaba la frase adecuada para animar a los alicaídos que tenían la encomienda de seguir movilizando a la comunidad inmigrante y buscando aliados en el Congreso.

El cáncer cerebral contra el cual perdió la batalla también había impedido su presencia en el furioso debate de la reforma de salud que siempre defendió.

Quienes abogan por la reforma migratoria han extrañado en los pasados meses la guía y los consejos de quien fue uno de sus más cercanos aliados. Según nos adentramos en la dura pelea por esa reforma, entendemos que es muy difícil que alguien sustituya lo insustituíble. Kennedy fue algo así como la “conciencia” del Senado, de los demócratas del Senado, de los demócratas en general. La esperanza es que quienes queden atrás muestren al menos una fracción de esa conciencia y del compromiso de Kennedy para hacer realidad la reforma migratoria.

Descanse en Paz, Senador Kennedy.