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El movimiento pro inmigrante: una lucha contra todos los obstáculos

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17/11/09 a 8:07am por Maribel Hastings

Cuarta parte de la serie especial ‘La Reforma Migratoria y sus Protagonistas’

A tono con la realidad mediática actual, el movimiento pro inmigrante está utilizando las redes sociales y la tecnología en su esfuerzo de movilizar al público para ejercer la presión política necesaria que concrete la reforma migratoria integral.

Mañana miércoles, por ejemplo, en lugar de un “town hall” tradicional conduce uno telefónico con el congresista demócrata de Illinois, Luis Gutiérrez, para hablar del proyecto de reforma que espera discutirse a principios de 2010. Hay más de 700 eventos a través del país, incluso en Puerto Rico, para que el público participe de la “conversación nacional” con Gutiérrez.

La coalición Reforma Migratoria Pro América emplea mensajes de texto por celular para sumar seguidores y ejercer presión ante el Congreso y la Casa Blanca. Los interesados marcan el número 69866 y envían el texto JUSTICIA quedando inscritos en la campaña nacional.

“Nunca antes la gente de los grupos base había tenido la oportunidad de conectar de manera tan cercana y tan directa con las organizaciones pro inmigrantes nacionales”, declaró Rich Stolz, director de la campaña nacional R14A.

No ha sido sencillo

El fallido debate de 2007 evidenció divisiones dentro del movimiento pro inmigrante que le impidieron responder adecuadamente a los grupos anti inmigrantes. Tampoco generó una movilización a nivel de distritos y estados que presionara efectivamente al Congreso.

Pero según Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice, el panorama ha cambiado: la elección del 2008, sobre todo el aumento de votantes inmigrantes, habló de su poder político.

“También hemos podido demostrar que nuestros opositores no son tan fuertes como la gente piensa y son más extremistas que lo que la gente conoce”, agregó.

Tras el fracaso de 2007 se intensificaron los programas migratorios policiacos. Con la elección de Barack Obama muchos pensaron que eso cambiaría, pero la realidad es que las familias están siendo divididas y la comunidad inmigrante vive atemorizada. “Esa realidad, me parece, motiva una unidad de acción y una urgencia de acción que no vimos en 2007”, dijo Sharry.

En 2006, las marchas

La capacidad de convocatoria del movimiento pro inmigrante tuvo su mayor expresión en 2006 cuando millones de personas salieron a las calles para rechazar el llamado proyecto Sensenbrenner (H.R. 4437), que criminalizaba a los indocumentados.

Las divergencias

Pero el movimiento pro inmigrante fue atacado por los anti inmigrantes, y también surgieron discrepancias de mensaje y estrategia entre los grupos.

Para el otoño de 2006, la capacidad de los grupos pro inmigrantes de atraer gente a sus concentraciones disminuyó y lo mismo se registró en la primera mitad del 2007.

La muerte del proyecto de reforma

La división entre la dirigencia, las divisiones del Congreso, la falta de liderazgo efectivo de la Casa Blanca, y la retórica de los anti inmigrantes contribuyeron al deceso del plan de reforma en junio de 2007.

Intereses encontrados

Las divisiones del Congreso reflejaron la diversidad de intereses y filosofías del movimiento pro inmigrante.

A favor de una reforma migratoria integral pueden estar los granjeros que necesitan mano de obra (que apoyan programas de trabajadores huéspedes), y los trabajadores agrícolas que buscan mejores condiciones laborales.

También la apoya la Cámara de Comercio de Estados Unidos, a la que le interesa el mercado hispano, y organizaciones sindicales como la Central Sindical AFL-CIO, que podría incrementar sus miembros con la legalización de inmigrantes.

La Iglesia Católica comparte el mismo interés por la legalización que las iglesias protestantes con las que compite por fieles.

Dentro de sectores progresistas pueden haber diferencias entre quienes abogan por una reforma conscientes de que se le pedirá negociar, y otros que se oponen a cualquier tipo de concesiones.

11 de septiembre

El Censo 2000 mostró el crecimiento de la población hispana, que intrínsecamente evidenció el aumento de indocumentados.

En septiembre de 2001 la administración republicana de George W. Bush intentaría iniciar una discusión migratoria frenada por los ataques terroristas del 11 de septiembre.

Desde entonces los inmigrantes serían foco de ataques de congresistas, de la radio y la televisión ultraconservadora, y de grupos xenofóbicos.

La caravana de la libertad y CCRI

Ante la difícil situación de los indocumentados, a fines de 2003 se realizó la Caravana por la Libertad de los Trabajadores Inmigrantes.

En 2004 se integró la Coalición para la Reforma Migratoria Integral (CCIR), que lidió con cuando menos cuatro proyectos migratorios propuestos entre 2005 y 2007.

La promesa

La CCIR dejó de operar a principios de 2008 en el despegue de la campaña presidencial que culminó con el triunfo de Obama.

La promesa de reforma migratoria por parte de Obama contribuyó a que obtuviera 67% del voto hispano y 78% del voto de latinos nacidos fuera de EEUU.

RI4A

En junio se lanzó la campaña RI4A con el apoyo de más de 400 organizaciones donde convergen grupos de diverso interés.

El reto del movimiento pro inmigrante en 2010 será no repetir los errores de 2007, lo que se pondrá a prueba cuando haya un plan sobre la mesa.

“Pero esta vez hay un mayor reconocimiento de que el statu quo es un régimen centrado en la aplicación de leyes y que lo único que puede cambiarlo es la aprobación de la reforma migratoria”, concluyó Sharry.

*Rafael Prieto Zartha colaboró en la elaboración de este artículo – rprietoz@hotmail.com

La serie:

Primera parte: Con la autoridad de nuestro lado

Segunda Parte: Soñadores: Tomando las riendas de su causa

Tercera Parte: Los anti inmigrantes: el coro de la intolerancia